El ejercicio que propone Isabel Rojas Estapé para que los niños puedan gestionar la rabia: con ayuda de los padres

Las rabietas son un reto tanto para los niños como para los padres. Esa explosión de emociones, ese “fuego” interior que sienten los más pequeños cuando algo no sale como esperan, es una parte natural del desarrollo. Pero, ¿cómo pueden los padres ayudar a sus hijos a manejar la rabia y la fustración de forma saludable?. En 'La Tarde', Pilar García Muñiz ha hablado con Isabel Rojas Estapé, psicóloga y autora del cuento Hay fuego en mí, un libro pensado para enseñar a los niños a gestionar sus emociones desde la infancia.

la importancia de la salud mental desde pequeños

“Durante muchísimos años hemos pasado por encima de la salud mental, priorizando siempre la salud física”, explica Rojas Estapé. Sin embargo, tras la pandemia se ha puesto en evidencia lo esencial que es conocer cómo somos, qué nos afecta y cómo podemos gestionarlo. “La salud mental es parte de nuestra salud general”, recalca.

Su colección está dirigida a los más pequeños y en este tercer cuento se centra en la rabia y la frustración. “Vivimos en un mundo donde nos cuesta mucho tolerar la frustración, incluso a los adultos. Cuando algo no sale como queremos, nos bloqueamos”, señala. Precisamente por eso considera clave enseñar a los niños desde pequeños a manejar estos sentimientos.

LO QUE OCURRE EN EL CEREBRO DE UN NIÑO CUANDO SIENTE RABIA

En el cuento, la protagonista, Cris, se enfrenta a una situación que muchos niños viven a diario: quiere jugar al pilla-pilla, pero sus amigos prefieren jugar a la pelota. La frustración se acumula en su cabeza como un fuego a punto de explotar. A través de Neurita, la neurona exploradora, los niños pueden entender qué sucede en su cerebro cuando sienten rabia.

“La rabia activa la amígdala, el centro de las emociones, y desactiva la corteza prefrontal, que es la encargada del autocontrol y la concentración”, explica la psicóloga. Por eso, en plena rabieta, un niño no escucha razones. “La clave está en redirigir su atención y activar su corteza prefrontal con estrategias como el humor, la respiración controlada o el contacto físico”.

¿Hasta cuándo son normales las rabietas?

Las rabietas suelen ser más frecuentes entro los 2 y los 4 años, en la etapa conocida como los terribles dos, cuando los niños empiezan a desarrollar su autoestima y a querer imponer su voluntad. “A partir de los 5 o 6 años deberían ir disminuyendo. Si a los 7 u 8 años un niño sigue teniendo rabietas intensas, puede ser que haya aprendido que con ese comportamiento consigue lo que quiere”, advierte Rojas Estapé.

En estos casos, recomienda a los padres hacer autocrítica: “Si siempre cedes ante una rabieta para evitar el conflicto, el niño entenderá que gritar y llorar es la forma de conseguir lo que quiere”.

La frustración y la educación emenocional: una clave ppara la vida

Las rabietas suelen estar motivadas por dos situaciones: “O no consigo lo que quiero, o me sale mal lo que intento hacer”, explica la psicóloga. Y esto no solo afecta a los niños, sino también a los adultos. “Vivimos en una sociedad donde necesitamos controlarlo todo. Si algo no sale como queremos, nos frustramos”, señala.

Para prevenir la baja tolerancia a la frustración en el futuro, recomienda dos claves: Aprender a posponer la recompensa. “Si el niño quiere jugar, enséñale que primero hay que ordenar los juguetes. Pequeñas esperas le ayudan a entender que no siempre se obtiene lo que se quiere al instante”. Ejercitar la voluntad. “Lo que empiezo, lo termino. Tener pequeños retos y cumplirlos fortalece la capacidad de esfuerzo y resiliencia”.

Con Hay fuego en mí, Isabel Rojas Estapé ofrece herramientas tanto a niños como a padres para gestionar las emociones y aprender a transformar la rabia en una oportunidad de crecimiento. Un libro que, sin duda, ayudará a muchas familias a entender que la paciencia y el esfuerzo son la clave para volver a la calma.