Expósito patrullando el Líbano con las tropas españolas

El capitán Sanchís y su columna de blindados se disponen a comenzar su patrulla rutinaria por la blue line, la línea azul, la frontera de facto que separa Líbano e Israel desde el que fue establecida por la ONU en el año 2000. Se ponen el chaleco antifragmentos con blindaje, el casco de transmisiones y el resto del equipo de combate. A su lado, dos acompañantes muy especiales: Ángel Expósito y Juan Carlos Matamoros.

La conversación fluye tranquila y Expósito pregunta por la convivencia con soldados de países tan distintos como Fiyi o Serbia: “La integración con el resto del contingente es bastante buena. Los serbios están integrados con un batallón español y la coordinación es muy buena. Ellos nos conocen, nos han visto en las guerras de Yugoslavia y aunque hemos sido ‘enemigos’ nos tienen mucho aprecio."

"Los serbios nos han visto en las guerras de Yugoslavia y aunque hemos sido ‘enemigos’ nos tienen mucho aprecio."

La misión de las tropas españolas desplegadas en la zona bajo de la ONU es garantizar que la única actividad armada en la zona la ejerza el gobierno del Líbano. Una zona complicada, en la triple frontera entre Israel, Siria y el Líbano. De repente, se hace el silencio en la comitiva. Un lugar sobrecoge especialmente a los soldados de la columna. Un monolito que recuerda uno de los días más trágicos de la historia reciente de las Fuerzas Armadas españolas.

En junio de 2007, seis miembros de la Segunda Bandera de la Brigada Paracaidista fueron asesinados en un atentado con bomba: “Iban montados en un BMR, cuando de repente detonó un artefacto explosivo. Tuvieron mala suerte porque les pilló muy cerca. Siempre nos acordamos de ellos, son un ejemplo para todos.”

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No es la única baja que hemos tenidio que lamentar en la zona: En enero de 2015, el cabo primero Francisco Javier Soria perdía la vida víctima del fuego cruzado entre Israel y Hezbolá. Pero como explica el capitán Sanchís a Expósito, el terrorismo no es el único riesgo al que se enfrentan los soldados: “Un riesgo importante es el tráfico. Las carreteras son malas y con mal tiempo puede ser muy peligroso. Hacemos instrucción específica para la conducción.”

Esquivando baches y con el traqueteo del blindado, el capitán nos cuenta algunas anécdotas: "A veces hay malentendidos culturales: Los libaneses hacen un gesto con la mano como los italianos que significa que te pares. Y si no paras se enfadan.”

“Nosotros no podemos prestar ayuda humanitaria. Es duro no poder ayudar a los niños, pero la misión es clara.”

El agua supone también una fuente de conflictos importante en la zona: “Hay una zona de resorts dentro de esta línea azul. En verano los libaneses se van a bañar y los israelíes consideran que es territorio israelí.”

Lo más duro es contemplar la situación de los refugiados de la guerra civil en Siria. En un país de cuatro millones de habitantes se acoge a un millón de palestinos y medio millón de sirios: “Nosotros no podemos prestar ayuda humanitaria. Protegemos a otras misiones que la proporcionan. Es duro no poder ayudar a los niños, pero la misión es clara.”

Niños que le recuerdan que ha dejado una familia que lo espera aquí en España: “He dejado una mujer y un bebé de diez meses. Cuando vuelva ya hablará y andará, por lo menos. Hablamos a diario por skype y whatsapp.”

La comitiva para. Ha llegado a su destino. Es el momento de homenajear al cabo Soria.