El miedo de los cristianos en Belén en medio de la guerra: "España ha hecho un favor con Palestina"

La ciudad de Belén, ubicada en territorio palestino, ha sido durante mucho tiempo uno de los lugares más visitados tanto por peregrinos cristianos como por turistas. Tan solo en el año 2018 recibió más de tres millones de visitantes, sin embargo, primero llegó la pandemia de Covid-19, y después la terrible guerra que continúa en la actualidad. Las familias que viven allí cada vez tienen más dificultades para sobrevivir a los malos tiempos que vive la ciudad.

Esta es también la situación de Daniel Yakoub, cristiano palestino residente en Belén, que asegura que la falta de turismo debido a la guerra y el cierre de fronteras han eliminado el sustento de prácticamente toda la población: “Belén vive del turismo y nosotros desde el 7 de octubre de 2023 cerramos las tiendas. Tenemos una cooperativa, pero de esta cooperativa viven más de 50 familias”.

Para Yakoub, el reconocimiento del Estado Palestino por parte de España que se ha hecho oficial este 28 de mayo es un paso adelante hacia el fin del conflicto: “Es un honor grande, aquí estamos hablando de una cosa que tiene que tener una solución. Vivir los dos estados juntos y vivir en paz. España ha hecho un gran favor al hacer este anuncio”.

Las pérdidas de una guerra

Asegura que ya no se trata de una cuestión de bandos o territorios, sino de evitar una masacre de inocentes aún mayor: “Sea lo que sea, al final hay que pensar una solución. A diario hay muertos, hay tristeza, las familias pierden hijos, mujeres, hombres. Las dos partes están perdiendo muchísimo”.

Fernando de Haro le pregunta por la relación entre los ciudadanos palestinos y la organización terrorista Hamás, pero Yakoub advierte de que la población no tiene realmente interés en la causa de Hamás, sino que tan solo buscan su supervivencia: “La gente quiere tener una vida normal, eso no significa que sean fanáticos, están buscando la tranquilidad”

Pese a que han pasado 6 meses desde el inicio del conflicto entre Hamás e Israel, la vida allí sigue completamente parada, complicando aún más el día a día de los ciudadanos de Belén: “Sigue la misma situación. Para entrar y para salir hay muchas dificultades. Imagina si tú estás con un grupo y quieres hacer cualquier visita, no te puedes mover, no hay vida normal”.