Foto de Fernando de Haro: "El cañón le acaricia la pantorilla, el mango le aprieta el trasero"

Foto de una panadería, una panadería moderna con pan de semilla, de centeno, de espelta, de ajo. En dos mesas, antes de llegar al mostrador , los clientes pueden coger de dos mesas cajas con pastas, bizcochos de zanahorias, pasteles para celiacos. Pueden cogerls para pagarlas más al fondo. Además de pan y pasteles se vende también café, refresco granizado de dos colores que gira en dos máquinas gemelas. El local está limpio, bien iluminado, con una luz cálida de halogenos que dan un toque de distinción. En definitiva, una panadería moderna, que a ratos parece la consulta de un dentista y a ratos un salón de té. Una chica rubia, con el pelo largo y rizado, acodada en la parte de cristal de la barra, espera que le sirvan. Otra chica morena se dispone a pagar con tarjeta. Lleva un vestido de color crema con tirantes diminutos. Sobre los hombros le asoman los otros tirantes, los de la ropa interior. El vestido es corto y a la chica se le ven las piernas hasta más arriba de las rodillas. Son unas piernas blancas, muy blancas. A pesar de la cercanía del mar, la chica no toma el sol, no se baña más que en la ducha de casa. Parce una turista recién llegada a Torremolinos. La chica del vestido corto que está de espaldas y que va a pagar con tarjeta calza unas sandalias planas, con las tiras anchas, de esas que sirven para hombre y para mujer. Entre el tirante del sujetador y el cuello lleva una correa de la que cuelga un fusil-ametrelladora. El cañón le acaricia la pantorilla, el mango le aprieta el trasero. Es un fusil de asalto con una gran potencia de fuego. Pan y balas, pasteles y proyectiles.