La Foto de Fernando de Haro: "La niña pequeña, la pequeña Esperanza"
La foto del día de Fernando de Haro.

La Foto de Fernando de Haro: "La niña pequeña, la pequeña Esperanza"
Madrid - Publicado el - Actualizado
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La foto podría titularse con un viejo refrán: a lo más oscuro amanace Dios. Amanece en un campo de refugiados. Un campo de refugiados es un sitio en el que no hay baño para ir al baño, en el que no puedes darle un beso a tu mujer sin que nadie te vea, no puedes decir que el vecino es un imbecil sin que te oiga. Un campo de refugiados es un lugar donde huele mal, donde hace mucho frío y donde hace mucho calor. Es un sitio para los que no tienen casa. Entre las lonas de las tiendas amanecen dos chiquillos que ya están jugando, uno de ellos señala en dirección a un bloque de viviendas que se ve al fondo, parece un marinero anunciando tierra firme. Entre las lonas amanece también un padre joven con la piel tostada y las manos grandes y bonitas. El padre lanza al aire, por encima de su cabeza, a una niña pequeña que debe tener poco más de un año. El padre se ríe con unos dientes de sal y la niña vuela entre divertida y miedosa. La sonrisa del padre es algo realmente extraño. El padre ha visto cómo todo lo que podía ir mal ha acabado empeorando: todo se hunde en un mar de vidrio que corta como un cuchillo. El padre puede pensar que el nuevo día traerá viejas devastaciones Y, de hecho, lo piensa, pero durante la fracción de segundo en la que su hija vuela para aterrizar entre sus palmas estalla la chispa de una extraña esperanza. Es sorprendente que , entre las lonas de un campo de refugiados, donde no hay baño para ir al baño, un padre pueda sonreír pensando que las cosas pueden mejorar. Es insensato que el padre pueda pensar aunque solo sea durante una fracción de segundo que las cosas puedan ir a mejor. Y, sin embargo, lo piensa. Y además, mirando la foto, parece razonable que lo piense. La niña pequeña, la pequeña Esperanza, vuela hacia las manos del padre.