La Iglesia de Tenerife centra la inserción de migrantes en ''una buena acogida y acompañamiento''

Este martes 23 de julio se vota la reforma de la Ley de Extranjería en el Congreso. La situación de los menores no acompañados 'menas' que llegan a España huyendo de la guerra, el hambre y los conflctos trae miles de historias humanas. Fernando de Haro habló hace unos días con Mohammed, Moha. Llegó a los 16 años a España, hoy tiene 20.

''Lo intenté ocho veces, no lo conseguí'', pues la marina marroquía les traía a tierra de nuevo, decía al comunicador de COPE. Huyó de Guinea Conacri. Cuando por fin pisó suelo español no tardó en aplicarse haciendo ciclos de enfermería y después prácticas en una residencia ayudando a mayores. Su sueño es estudiar medicina y ayudar a personas con discapacidad. Moha es una persona que ha sufrido mucho quiere darse a los demás.

Muchos otros 'menas' llegan continuamente. El año pasado fueron unos 7.000. Ahora hay 6.000 niños esperan ser reubicados a otras Comunidades Autónomas desde Canarias.

''Estamos sobrepasados''

Los centros de acogida de los menas en Canarias están cerca del colapso. ''Yo tengo la versión oficial: estamos sobrepasados en la capacidad de hacer una buena acogida y acompañamiento a estos niños y jóvenes'', dice Jesús Alberto González. Es el delgado de migraciones de la diócesis de Tenerife. No es sólo que tengan un techo, una cama y tres comidas, ''es poder garantizar que tengan un adecuado tránsito a la vida adulta''. Al igual que Moha, estos niños tienen el deseo de contribuir a la sociedad.

Necesitan la ayuda y corresponsabilidad de otras comunidades autónomas.

''Son personas que hay que acompañar a superar la realidad traumática que supone el proceso de ruta migratoria''. Asegura que algunos ''han visto cómo por la borda han tenido que arrojar cadáveres, a veces de sus hermanos, padre o madre''. La ruta atlántica es de las más complicadas que hay en el planeta. ''Han muerto unas 4.000 personas en lo que va de año'.

''Son personas que van a enriquecer nuestra sociedad con su bagaje cultural'.

El acompañamiento debe ser constante para su inserción, estando presente en procesos como el aprendizaje del idioma. El objetivo es la inserción en la sociedad. ''Van a enriquecer nuestra sociedad con su bagaje cultural'', afirma González, y eso ''hay que acompañarlo adecuadamente''. Pero es inviable por la falta de recursos en Canarias. ''Estamos hablando de poder garantizar su futuro con garantías tras ser expulsados de su país''.

Algunos les perciben como una amenaza y una fuente de inseguridad. ''Es un error vincular inmigración con delincuencia''. Un mensaje que genera descondianza, temor y miedo en la opinión pública.

''Yo creo que la población local puede ser receptiva'' y pone como ejemplo la colaboración de la población de la gente de El Hierro. ''La sensación general es que hay que poner medidas para que no lleguemos al colapso''. Y piensa en su futuro, pues quiere que esos niños y niñas no estén en exclusión social.

Ante unas sociedades cada vez máçs plurales, hay que ver las aportaciones de los que llean ''como nosotros cuando vamos a otros sitios''. Vienen con ganas de trabajar, y eso revitaliza la sociedad, pues están asumiendo labores que nadie asumiría.