José Mateos: "La poesía es una disciplina, más que una cultura de vida"

En 'La Tarde' de COPE: "Los nombres que te he dado", el libro donde José Mateos recopila cuarenta años de dedicación a la poesía

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José Mateos: "La poesía es una disciplina, más que una cultura de vida"

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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De factura clásica, enraizada en la tradición, y a la vez caracterizada por una entonación personal. Las razones del corazón, el paisaje reducido a su esencia más despojada o la celebración del Misterio son asuntos recurrentes de unos poemas en los que el autor elude el primer plano para tratar de las manifestaciones de lo sagrado, abordadas desde la perplejidad o desde la gratitud ante el hecho radiante e incontestable de la vida. José Mateos (Jerez de la Frontera, 1960) presenta en 'La Tarde' de la Cadena COPE su último libro: "Los nombres que te he dado". En él encontramos un prólogo escrito por el gran escritor Vicente Gallego que define la poesía de Mateos como que está llena de preguntas que no quieren verse respondidas, de exclamaciones cuyo eco nos lleva hacia una certidumbre de nada.

No volveré a escribir. Lo juro dije después de hundirme como piedra en el fango. La enfermedad es como un agua negra y contra el sucio, resbaladizo fondo de la muerte. Qué puede la canción del que va solo. Y aquí me tienes, cantando una vez más la luz de marzo y el roce de mis pies sobre la hierba.

No volver a escribir

Para muchos es un mantra autoinculcado, para otros es un auténtico desafío al que aferrarse para crecer. "La hora del lobo" es el libro que recoge citas que fueron escritas en servilletas de papel en un hospital. Para Mateos el dolor que siente uno al estar en un hospital, las palabras pesan muy poco. Pese a ello, un gesto, una mirada, tiene más valor y hace que la balanza se incline hacia el lado de la poesía.

Siempre hay un gesto de una palabra que te saca de ese pozo de agua negra. "La poesía de verdad oscila entre la fe en el escándalo por el sufrimiento, por lo que uno pierde, por la injusticia, pero también por el otro polo como es el agradecimiento. Siempre cuando uno ve la belleza y es asaltado por algo hermoso está en lo frágil, en lo débil, lo desamparado, en todo eso cuando ve uno algo así, por lo menos en mi caso, yo necesito expresar, lo necesito, darle la gracia mediante la palabra", expresó José Mateos.

Un 'sí' menor

Cuando un lector acaricia una hoja de un libro de poesía, se desata una danza delicada entre el tacto y el alma. El suave roce del papel bajo los dedds despierta una sensación de intimidad y revencia. Quizás sea la sensación que uno perciba cuando abre "Los nombres que te he dado" y recita las siguientes líneas: "Quisiera escribir poemas sin el dogal riguroso de los poemas bien hechos, poemas que casi no fueran poemas, sino el silencio de donde nace el poema, como esas flores sin nombre que hay en los cementerios".

El silencio, al igual que ese percepción de un romántico de la escritura, es como si de cada fibra de la hoja susurrara secretos antiguos, cargados de emoción y signficado. "No es el silencio del quedarte mudo, de enmudecer ante ante algo que nos supera. Es un silencio cuando uno ve algo hermoso, cuando escucha una música que le emociona, se acaba esa música y esa vibración es lo que uno llama ese silencio. Y de ese silencio pues brota, brotan los poemas, brota, en fin, lo mejor de del ser humano", exteriorizó el escritor.

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