Las vivencias de Benedicto Sánchez: 30 años de misión en Angola

Benedicto Sánchez revive cómo fue su llegada a la misión y las experiencias que le marcaron en sus 30 años de misionero en Angola.

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El domingo se celebra el Domund 2020

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Benedicto Sánchez, es un misionero espiritano en Angola desde el año 1987. Llegó en plena guerra y trabajó desde el principio en atender las necesidades básicas a los afectados: en primer lugar con los huérfanos y las viudas y después con los propios combatientes de ambos bandos.

Al principio luchando con Cáritas y las hermanas de María para proporcionar lo más inmediato: comida, ropa, medicamentos y después, una vez cubiertas estas necesidades, abrir caminos para la reconciliación. Hablamos de una persona que lleva ya 30 años viviendo en Angola, cada vez echa más de menos España aunque hace poco tuvo la oportunidad de estar en su pueblo de Toledo. En esas tres décadas de misión que tiene cargadas a sus espaldas Benedicto conviene centrarse en cómo son los inicios de un misionero.

Benedicto Sánchez ha contado a La Tarde de COPE qué fue lo más inmediato que hizo como misionero:“El viaje que hice de Luanda a la misión, aquellos 250 kilómetros fue lo que más me tocó porque encontramos columnas, camiones quemados y yo iba con el corazón encogido. Cuando llegamos a la misión al atardecer aquel grupo de cristianos que me esperaban empezaron a contar”.

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“Al día siguiente de llegar un padre espiritano holandés que llevaba 40 años allí me dijo que si quería entrar en este pueblo y si lo amaba tenía que aprender la lengua”, comenta Benedicto. Además, con el padre espiritano holandés tuvo que dar clases de gramática del quimbundo todos los días después de las confesiones y de desayunar.

Fue una señal de Dios que me mandasen con los jóvenes militares de Angola

Benedicto dio charlas sobre perdón, reconciliación y diálogo con 50.000 militares muchos niños que habían sido forzados para ir a la guerra. Para él fue la señal de Dios que le mandansen con los jóvenes militares. Benedicto Sánchez ha revelado una de las vivencias que le marcó: “Lo más impresionante que viví en la vida fue cuando al primer niño en Malange le encontré como militar fue a la cárcel y acudí a visitarle. Abrieron las puerta y nos abrazamos cayendo en la tierra los dos, pensando que estábamos locos” Benedicto dio charlas sobre perdón, reconciliación y diálogo con 50.000 militares muchos niños que habían sido forzados para ir a la guerra. Para él fue la señal de Dios que le mandansen con los jóvenes militares. Y así empezó la labor de los siete caminos de la reconciliación.

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