La madre que lucha por evitar que se repita una muerte como la de su hijo: "¿La vida de una persona no vale?"
María José cuenta en 'La Tarde' cómo perdió a su hijo, de 15 años, por culpa de un atropello de una persona que dio positivo en alcohol y drogas
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El 19 julio de 2016 cambió la vida de María José. Su hijo Iván, de 15 años, estaba viendo las luces de Navidad con su padre. Pero mientras estaba en la acera esperando al autobús, un conductor que multiplicaba por tres la tasa de velocidad y por siete la tasa del alcohol en sangre le sesgó la vida. Murió nueve días después tras nunca más salir del coma. Fue condenado a cuatro años de cárcel.
“Necesitamos que la gente conozca la violencia vial”, aclara María José. Ella no estaba en Madrid y no pudo despedirse de Iván. Lo último que le dijo su hijo fue “Mami, mañana hablamos” recuerda María José. “A los hijos se les quiere muchísimo”, pero ninguno de nuestros seres queridos queremos que sufran: “Lo que queremos para nuestros seres queridos es que no se vayan”. Y si tienen que irse, que se vayan “sin dolor”. Sin embargo, esta es una muerte “violenta” y “cruel”. E incluso la despedida es más dura por la violencia del accidente: “Tenemos que enterrar lo que queda de nuestros seres queridos”. Es imposible salir de este mal tan “inesperado”, cuenta María José. “Queremos erradicar la violencia vial de nuestras calles”. Cada atropello que siente es como si fuera el suyo, cuando escucha que alguien muere de un atropello, recuerda ese “momento cero”.
“No podemos decir imprudente ni involuntario” sino que es que “una persona decide hacerlo” y como tal “debe estar más penado” porque “se puede evitar”. Los accidentes son fuentes de una casualidad, pero este no es el caso, explica. María José persigue el fin de la violencia vial: “se lo prometí a mi hijo.
Ha recogido firmas para que se aumenten estas penas. “Ahora como tenemos más de 500.000 hemos presentado una iniciativa popular”. Porque solo si hay atropellos múltiples podría aumentarse la pena. “¿Es que la vida de una persona no vale?”, se pregunta María José. “Somos familias que hemos sufrido el mismo acto violento”, explica la madre. Así se unieron en el mismo lugar. “Cuando crees que no puedes más porque el dolor es muy intenso, llega otra familia que te ayuda”, reconoce María José.