La Policía Nacional descubre a un asesino en Torremolinos por su forma de andar: "El patrón postural coincide"
Los colaboradores de La Tarde, Cruz Morcillo y Pablo Muñoz, cuentan todos los detalles sobre el aseseinato de Ahmed en Torremolinos
Madrid - Publicado el - Actualizado
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En La Tarde se ha contado una de esas investigaciones que parecen sacadas de una película. Los colaboradores, Cruz Morcillo y Pablo Muñoz, han contado todos los detalles sobre este caso.
Se trata del asesinato en Torremolinos de Ahmed Azin, un vendedor ambulante de 35 años. Todo ocurrió el 19 de abril de 2021, cerca de las seis de la mañana. Ahmed salió del hostal en el que vivía y se subió en su camión para comenzar su jornada laboral, pero fue tiroteado en el asiento de su vehículo. No hubo testigos, por aquel entonces había restricciones por la pandemia. Aunque una cámara de seguridad recogió el crimen, pero el autor llevaba capucha y mascarilla. Identificar al asesino parecía misión imposible, pero la Policía lo consiguió tras muchas horas de trabajo. ¿Pero cómo lo hicieron? Fue gracias a un informe poco habitual de la Policía Científica, que analizó la forma de andar del asesino.
El crimen fue descubierto tres horas después de ser cometido. El caso fue asignado al Grupo II de Crimen Organizado de Málaga porque las primeras hipótesis apuntaban a que podía tratarse de un ajuste de cuentas por un tema de drogas.
Muy pronto en la investigación, los agentes se llevaron la primera sorpresa. El individuo no tenía antecedentes por narcotráfico o crimen organizado. De hecho, era vendedor ambulante y se dedicaba a recorrer los mercadillos de Málaga y Cádiz.
Una de las personas interrogadas durante la investigación fue el propietario del hostal Las Flores, en el que vivía la víctima. El dueño contó a la Policía que Ahmed empezó a hospedarse allí en agosto de 2020; es decir, ocho meses antes del asesinato, y que llevaba una vida muy ordenada con unos horarios bastante fijos: salía a primera hora de la mañana y solía volver sobre las seis de la tarde. Sólo recibía visitas de un par de personas, una de ellas era su socio en los mercadillos.
Era "un poco provocador"
Rápidamente, la Policía se puso en contacto con el socio. El hombre les explicó que Ahmed no tenía licencia como vendedor ambulante, así que para desarrollar su actividad debía asociarse con personas que sí disponían de dicha autorización. Este socio le definió como un vendedor «agresivo» que, en ocasiones, llegaba a ser «un poco provocador», motivos por los que «podrían haberle hecho algo». En su declaración policial, este testigo confirmó a los agentes las desavenencias de la víctima con otro vendedor en concreto, apodado 'El portugués', así como con el hijo de éste. Y facilitó otro dato muy importante. El domingo 18 de abril, Ahmed había recibido una llamada de un trabajador suyo que no quería montar el puesto de venta al día siguiente en Marbella para no coincidir precisamente con “El portugués”, porque trabajaba con un género similar y estaba molesto debido a que Ahmed iba a colocar el punto de venta al lado del suyo. Este empleado, que antes había trabajado durante cinco años para “El portugués” y su hijo, calificó a estos últimos de «conflictivos», por lo que «le daba miedo su posible reacción». No quería problemas con nadie «y menos con los portugueses».
A partir de aquí, la investigación se centra en estas dos personas. Pero recordemos un dato importante, la grabación de la cámara de seguridad muestra a única persona y aún se desconoce su rostro. Mostraron el vídeo al propietario del hostal y confirmó que la estatura, la complexión y la forma de caminar se correspondía con las del hijo de “El portugués”.
Estas impresiones tenían que ser confirmadas y la Policía se puso manos a la obra. Grabaron al hijo del portugués andando por la calle, y se enviaron las imágenes al Grupo de Identificación de la Brigada de Policía Científica. La conclusión a la que llegaron los agentes es que el patrón postural de ambos individuos era «coincidente» y se apreciaba una «similitud en el ángulo de progresión de los pies», en relación a la línea de la marcha». Además, en los dos vídeos se observaba la misma tendencia a la intrarrotación, que es una deformación del fémur que provoca que las rodillas y la punta de los pies señalen hacia dentro al caminar, más apreciable en el pie derecho. También detectaron una «llamativa elevación de la punta del pie en el inicio del paso».
Como esta prueba no es lo suficientemente contundente para un juicio, se centró la investigación en el vehículo del sospechoso. Se trataba de una furgoneta Renault Trafic blanca a nombre de su pareja. Los investigadores intervinieron las imágenes de 21 cámaras de seguridad de Torremolinos que captaron una furgoneta de esas características circulando en la franja horaria en que se produjo el crimen. Al analizar y comparar las diferentes imágenes, descubrieron que a ambos vehículos les faltaba la moldura de plástico negra en un lateral y que en el techo y en las llantas se apreciaba un cambio de color. Además, todos los distintivos de fábrica de la parte trasera coincidían en las dos furgonetas. Pero les faltaba la matrícula. Una de las cámaras de seguridad la captó parcialmente: tenían los dos primeros números y las tres letras, que también coincidían. Con estos datos, los investigadores solicitaron a la Dirección General de Tráfico un informe con el listado de vehículos en toda España con características similares a la furgoneta investigada y que, además, tuvieran esas mismas características en su matrícula. Solo había una, la que estaba a nombre de la pareja del sospechoso.
Actualmente, el fiscal ya ha hecho su escrito de acusación y pide una condena a 26 años y medio de cárcel por los delitos de asesinato y tenencia ilícita de arma corta, así como una indemnización de 100.000 euros para el padre de Ahmed. La acusación particular eleva esa petición a 7 años y medio de cárcel, ya que añade un delito contra la seguridad vial por circular sin carné, y aumenta la indemnización a 180.000 euros.