Romanelli, párroco de Gaza, en COPE: "Aquí la presencia de Dios es muy fuerte, es nuestra arma secreta"

El párroco explicaba en 'La Tarde' cómo está la situación en la pequeña iglesia donde alojan a cientos de católicos desde que comenzó la guerra

Ana Rumí

Publicado el - Actualizado

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Siete meses han pasado desde aquel 7 de octubre, en el que Hamás atacó a Israel. Desde entonces, el conflicto ha sido más y más cruel, con una respuesta por parte de Israel que muchos consideran desproporcionada. Sin embargo, la guerra sigue escalando y son miles las víctimas mortales que contar.

Todo ello, sin contar los heridos, y las tantas miles de personas que viven con miedo en la franja de Gaza, sin apenas ayuda humanitaria y sin atención médica. Una localización especialmente difícil y vulnerable. Allí, hay una parroquia católica en la que cientos de personas se agrupan, viviendo en comunidad, esperando recibir ayuda y huyendo de los bombardeos.

Gabriel Romanelli, es el párroco de Gaza, que por fin ha podido regresar a la franja y seguir trabajando con todos esos cristianos. Asegura que le ha impresionado mucho ver cómo todo el territorio está destruido o dañado. "Espiritualmente, es un gran consuelo la serenidad que tiene la gente aquí, la fuerza a pesar de haber perdido todo" explicaba.

"Sin embargo, no tienen bronca ni deseo de venganza, lo ponen en manos de Dios. Sufriendo mucho, hay mucha desazón, mi llegada dice que les alegró, yo los conozco a todos desde hace 19 años que vine aquí" contaba.

La oración, su arma más poderosa

El párroco contaba que el hecho de volver a Gaza le ha impresionado, tan solo unos meses, después de ver toda la destrucción. Asegura que la iglesia en la ciudad es muy pequeñita, pero suficiente para alojar a tantas personas. Eso sí, dice que la fuerza, sin embargo, les viene de Cristo.

"La iglesia tiene esa fuerza misteriosa de Cristo, aunque seamos poquitos, se multiplica la fuerza. Estamos ayudando a miles de personas, si sale bien podríamos ir a otros barrios" expresaba.

"Aquí es fuerte le presencia de Dios, quizá porque nació y murió aquí. La gente que perdió todo, tiene una gran esperanza, siempre respetamos lo que ellos quieran hacer" decía. Es la oración lo que les da la fuerza para poder seguir adelante "la oración es nuestra arma secreta, solo Dios puede cambiar la voluntad de los corazones de quienes hacen daño".

Sin embargo, dice que todavía están lejos de volver a ser lo que eran, porque están asustados de que se dañe la estructura y mueran personas. "Estamos organizando para volver a tener lecciones, estamos viendo dónde darlas. Es un sitio pequeño, está la iglesia, un cementerio, aulas, que ahora son las habitaciones de la gente donde viven 15 o 20 personas" decía.

Cuenta que también les ha sido difícil hasta ahora conseguir agua, comida, y medicamentos, aunque agradecen tener la oportunidad de poder disponer de recursos para pagar a altos precios agua potable y algunos víveres. "Mucha gente vaga de un lado a otro sin tener qué comer ni dónde cobijarse, la situación sigue siendo dramática" aseguraba.

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