Una experta da la clave para crear un turismo sostenible y evitar conflictos con los vecinos: "Fórmula local"
En España el turismo genera muchos beneficios, pero a la vez, lugares masificados como playas, centros históricos o algunos pueblos pueden crear tensiones entre turistas y vecinos
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Este verano se prevén unas cifras récord en lo que se refiere al turismo. Hasta junio, habían llegado 50,7 millones de visitantes a España y en estos días de agosto todo está completo. A nadie le resulta desconocido la importancia que tiene el sector para la economía del país, que resulta el 11,7 por ciento del PIB.
España es el tercer país del mundo que más turistas recibe, solo detrás de Francia y Estados Unidos. Sin embargo, también tiene sus aspectos negativos. Los lugares masificados como playas, algunos pueblos o centros históricos generan tensiones y problemas entre turistas y vecinos.
El colaborador de 'La Tarde', Daniel Gascón, ha definido a los parajes estacionales como "acordeón", es decir, los sitios que en invierno están vacíos, pero en verano o fechas señaladas quedan abarrotados. De ahí que a las instituciones les sea complicado gestionar la gran cantidad de gente con las pocas infraestructuras que poseen.
Un concepto general "poco realista"
Una de las soluciones que se plantean para este "puzzle" difícil de resolver es el llamado turismo sostenible. La doctora en antropología social, profesora de la Universidad de Castilla-La Mancha y escritora, Isabel Ralero, ha tratado de definir este concepto.
Sería "poco realista" tener un concepto general, una especie de "receta mágica", que pudiera ser aplicada a cualquier rincón del mundo. Por ello, insiste en que habría que plantear una "fórmula local", en la que se tengan en cuenta los elementos propios e historia de cada territorio. De esta manera, se podría construir un turismo sostenible, que "construya un conocimiento local propio".
Y, para ello, no bastaría con las sensaciones que pudieran tener unos u otros, sino que "se necesitan datos". La doctora añade que no todo es "o blanco o negro", sino que hay que encontrar "terceras vías" que inviten al diálogo con todos los actores y realidades que aúnen el problema.
El proceso de vaciamiento de las ciudades
Ha explicado el conocido como 'efecto donut', es decir, que las periferias de las ciudades quedan repletas mientras que los centros están vacíos. No le "achaca" al turismo esa consecuencia por completo, sino que trata de "dimensionarlo debidamente".
El foco debe ponerse, en gran parte, en el encarecimiento de la vivienda y la dificultad para encontrarla. Que "la mayor parte" se esté destinando a alquiler turístico, lo hacen los propios vecinos en gran parte. Igualmente, en cuanto a la pérdida del comercio local, la doctora establece otra serie de condicionantes como "la tendencia de globalización".
Aterrizar los problemas para encontrar soluciones
Ralero ha puesto sobre la mesa un estudio realizado en la ciudad de Amsterdam, en la que se planteó, con datos, si era o no rentable el turismo y se descubrió que "estaba costando más de lo que aportaba a la ciudad".
La doctora tiene claro la eficacia de medidas como "la diversificación del espacio o el esponjar", pero hay que ir más allá de la "sensación de invasión" y no culpar al turismo de todos los males. "Estamos en esa realidad dicotómica, cuando construyes esa realidad de blanco o negro, es complicado romper las narrativas", dice.
Para lograr esa sostenibilidad es clave "fijar población, lo dicen profesionales, guías, empresas y residentes". Ralero indica que, en la exploración de esas vías, "todo el mundo está de acuerdo" que no se puede ser "sostenible" yendo en contra de los residentes y provocando procesos de vaciamiento. Concluía volviendo a incidir en la importancia de "favorecer el uso residencial" y conocer cómo es cada ciudad "para tomar medidas al respecto".