El error que cometen los padres al intentar que sus hijos se alimenten de forma saludable y del que no se dan cuenta: no es la dieta

La nutricionista Sandra Moñino explica a José Ángel Cuadrado en Lo que viene el principal problema por el que muchos niños sufren de obesidad

Luis Calabor

Madrid - Publicado el

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La obesidad infantil es un problema de salud pública que no deja de crecer en nuestro país. Según los últimos estudios, el 40% de los niños en España tiene sobrepeso u obesidad, una cifra alarmante que refleja la importancia de mejorar los hábitos alimentarios y el estilo de vida desde edades tempranas.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) advierte que para 2050, la mitad de los adultos padecerá obesidad, una enfermedad que no solo afecta al peso, sino que aumenta el riesgo de sufrir problemas cardiovasculares, diabetes y otras patologías graves. La pregunta es: ¿estamos haciendo lo correcto para evitarlo en nuestros hijos?

La obesidad infantil afecta a 4 de cada 10 niños en España

POR QUÉ MUCHAS VECES LOS PADRES NO SE DAN CUENTA DEL ERROR CON SUS HIJO

Muchos padres intentan que sus hijos sigan una alimentación saludable imponiéndoles dietas estrictas, restringiendo alimentos o forzándolos a comer verduras sin darles una razón clara. Sin embargo, tal y como explica en Lo que viene la nutricionista Sandra Moñino, quien ha ganado especial repercusión por su reto de 3 días de alimentación antiinflamatoria, esto puede ser un grave error.

"Si tu hijo ve que le obligas a comer espinacas mientras tú comes pasta con tomate, difícilmente las aceptará", explica Sandra. "La clave no está en imponer una dieta, sino en crear un ambiente familiar en el que la alimentación saludable sea la norma para todos",  añade.

Es importante que los niños vean que los padres también tienen una alimentación saludable

Los niños aprenden por imitación. Si los adultos en casa consumen alimentos ultraprocesados, hablan negativamente de ciertas comidas o muestran rechazo hacia verduras y frutas, los pequeños adoptarán los mismos hábitos. "No sirve de nada decirles que coman sano si en casa se sigue una alimentación desequilibrada", enfatiza la especialista.

EL CONSEJO PARA QUE LA ALIMENTACIÓN SIEMPRE SEA SALUDABLE

Para que los niños adopten hábitos saludables, es fundamental introducir la educación nutricional en el hogar desde edades tempranas. "No se trata solo de qué comen, sino de que entiendan por qué es importante alimentarse bien", señala Moñino.

En lugar de hacer comentarios sobre el peso de los niños o compararlos con otros, los padres deben enfocarse en los beneficios de una alimentación equilibrada: más energía, mejor rendimiento en la escuela y prevención de enfermedades. "En mis charlas en colegios, siempre les pregunto a los niños si quieren jugar con sus nietos cuando sean mayores. Cuando les explico que su alimentación de hoy influirá en su salud futura, lo entienden perfectamente", comenta.

Uno de los errores más comunes es prohibir ciertos alimentos de forma tajante. "Cuando algo está prohibido, se vuelve más atractivo", advierte Sandra. En su lugar, recomienda fomentar una relación saludable con la comida, permitiendo el consumo ocasional de ciertos productos menos nutritivos, pero sin que sean la base de la alimentación.

También es clave evitar comentarios negativos sobre el cuerpo o la alimentación de los niños. "Frases como 'no comas tanto que engordas' pueden generar trastornos alimentarios en la adolescencia", advierte la experta.

Los trastornos alimentarios, muchas veces, vienen de la niñez y adolescencia

Más allá de la alimentación, hay otros factores que influyen en el sobrepeso infantil, como el sedentarismo y el estrés. "Hoy en día, los niños pasan muchas horas frente a pantallas y juegan menos al aire libre. Además, la falta de contacto con la naturaleza y el estrés pueden afectar su metabolismo", explica Moñino.

Para prevenir la obesidad, es esencial fomentar la actividad física y el bienestar emocional. "No se trata solo de lo que comen, sino de cómo viven", concluye la nutricionista. En la lucha contra la obesidad infantil, el foco no debe estar en imponer dietas, sino en transformar el entorno y los hábitos familiares. Dar ejemplo, educar sobre la importancia de la alimentación y promover un estilo de vida activo son las verdaderas claves para garantizar un futuro saludable para los niños.

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