Viajando por el mundo y pagando menos impuestos: el trabajo por el que apuestan millones de personas

Se llama Stephanie, tiene 34 años, dos hijas y un futuro laboral de lo más emocionante por delante. Y es que, aunque ella es de Estados Unidos, actualmente vive junto a su familia en México, mientras trabaja para una compañía estadounidense. Y no, no trabaja para una división de dicha empresa en México, sino que lo hace en remoto, mientras adapta sus horarios al huso norteamericano.

Eso sí, en los próximos dos años tiene bien claro que puede hacer el mismo trabajo, de la misma forma, pero en España. Y con ella, toda su familia detrás. "Queremos mudarnos a España porque queremos darles una vida mejor a nuestras hijas, darles mejores oportunidades, un sitio más seguro en el que vivir" explicaba a COPE.

Ella es, sin duda, una de las más de 100 millones de personas que trabajan como nómadas digitales, es decir, aquellos que deciden desempeñar su labor desde cualquier lugar del mundo mediante el teletrabajo, adaptando sus horarios a la empresa "nodriza" y con unas condiciones especiales que permita que puedan desarrollar su trabajo de la forma más normal posible.

"Ahora mismo trabajo de contratista independiente, puedo hacerlo en la misma compañía, puedo trabajar desde lugar del mundo. Tengo que modificar un poco mi horario, porque trabajo para el huso norteamericano. Así que en España trabajaré por las tardes y noches" explicaba Stephanie que, debido a esa flexibilidad laboral, no tiene muy claro a qué parte de nuestro país quiere mudarse junto a su familia aunque, es muy probable, que sea el norte para poder disfrutar de la naturaleza.

Y como ella, miles y miles de trabajadores que cada vez optan más por abandonar los lugares físicos de trabajo y desempeñar su labor desde cualquier lugar del mundo. Tanto, que ya son varios países los que dan incentivos a los nómadas digitales para que se instalen en ellos y preparan visas especiales para permitir su mudanza. Pero, ¿significará esto un cambio social significativo?

Un cambio social que podría ser perjudicial

Pues es posible que sí, que cambie la sociedad conforme más trabajadores decidan abandonar sus puestos físicos y viajar por el mundo trabajando en remoto. Pero, en realidad, el cambio social no sería especialmente positivo, porque podría significar que, por un lado, se perdieran relaciones sociales, no se solidificasen redes laborales y que las empresas optasen por contratar otro personal laboral.

Al menos, es así como lo explica el profesor Miguel Rubiales, profesor y doctor de Geografía en la Universidad de Barcelona y sociólogo, que explicaba en Lo Que Viene, que el cambio social que pueden traer los nómadas digitales no es especialmente positivo. "El principal problema es que con la tecnificación del trabajo remoto se empiecen a deslocalizar un montón de empleos. Habrá un porcentaje de gente que esté en forma de nomadismo pero no es el fenómeno más relevante, igual que habrá nómadas digitales las empresas pueden localizar a sus trabajadores así, no tardarán en darse cuenta que lo que pueden hacer es contratar personas de otros países y ahorrar costes".

Tanto es así que cree que, en realidad, no será ninguna solución de comodidad ni conciliación a largo plazo en el futuro. Y es que trae muchas dificultades este tipo de vida, no solo sociales, si no también familiares, porque, como recuerda, para que alguien se considere nómada digital tiene que mudarse cada tres meses máximo.

¿Es beneficioso para los familiares acompañar a los nómadas digitales?

Al igual que Stephanie, son muchos los nómadas digitales que optan por llevarse a su familia con ellos y trabajar desde diferentes lugares del mundo, pero ¿cómo les afecta a ellos o a sus familias el mudarse constantemente?

"La realidad es que hay red social deficitaria, mucha mudanza y condiciones muy difíciles. En su propia experiencia les resulta cansado y difícil, una de las razones por las que lo hacen es por un tema impositivo. Si no pasan ciertos meses, pueden no pagar los impuestos correspondientes a su salario" explicaba. Y no contento con ello, se ahorran alquileres que serían imposibles de pagar en sus ciudades de origen.

"Es inviable y terrible llevar por ejemplo a niños, hay muchas restricciones que tiene mucha gente para seguir ese estilo de vida y nos hace plantearnos hasta qué punto ese estilo de vida es deseable, cuánto tiempo aguantas mudándote cada dos meses y medio. Acaba generando algunas presiones y problemas de vivienda, pero les sale mejor que un alquiler en su ciudad de origen" sentenciaba el doctor Miguel Rubiales.