Cocinar a ciegas: "No vemos, pero tocamos. Las manos son nuestros ojos"

Nido de wonton con pochas riojanas, borraja y picadillo, es el exquisito plato con el que Mariví ha ganado el Concurso Nacional de Cocina para Invidentes y solo es el principio

Redacción Mediodía Raquel Pérez Polo

Publicado el - Actualizado

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Lo que para un vidente sería imposible, para Mariví es lo más cotidiano: cocinar a ciegas. No, no es que no sepa algo, "casi sencillo", como dar la vuelta a la tortilla de patata o, si lo prefieres, un guiso que siempre se tiene esa dificultad de las cantidades de sal o aceite... No, no hablamos de no saber muy bien qué tienes que cocinar como pasa en los programas de televisión. No, los que hace Maroví es cocinar a ciegas, literalmente, porque Mariví no ve.

Mariví Martínez se quedó ciega con 47 años por culpa de la diabetes. Ahora, a sus 55 primaveras y tras superar el golpe inicial -aquel tremendo sock que le supuso perder unos de los sentidos más imporantes como es la vista-, es feliz y disfruta de las oportunidades que le ofrece la vida como ganar el Concurso Nacional de Cocina para Invidentes, que se ha celebrado en la capital de La Rioja.

Mariví Martínez recibe el primer premio del Concurso Nacional de Cocina para Invidentes

Concurso con un alto nivel, para ganar tienes que hacer algo excepcional como el Nido de wonton con pochas riojanas, borraja y picadillo, con el que se ha alzado con la cuchara de ese primer premio Jose Manuel Medina, sin olvidar que también ha sido merecedora del accésit a la mejor receta con verduras de La Rioja ganando su peso en hortalizas.

Nido de wanton con pochas riojanas, borraja y picadillo de la cocinera riojana, Mariví Martínez

"Como en una nube, me siento muy orgullosa"

La cuantía económica es lo de menos, porque el ganar ya es para sentirse "como en una nube, no me lo creía ni me lo esperaba, me siento muy bien, muy orgullosa" le reconocía Mariví a Pilar García Muñiz en Mediodía COPE.

Mariví pertenece a un grupo de cocina a ciegas de Logroño y "nos movemos mucho, a parte de aprender mucho", y no es la primera vez que se presenta al Concurso Nacional de Cocinar a Ciegas, "este año al celebrarse en casa había que ir a por ello que estábamos en casa".

Mariví ha cocinado toda la vida para los de casa, como muchas mujeres, pero era una cocina básica, ahora "disfruto con la cocina, ha cambiado mi vida, me meto en la cocina y a disfrutar".

Y tanto que disfruta, solo hay que oirla describir su plato ganador, "las pochas se cuecen, el sofrito lo hice con cebolla, pimiento rojo, y verde, primero los había pelado. El nido lo hice con la pasta wonton que es una pasta asiática que no es permeable. La borraja la puse con forma de tronco de árbol y el nido como si fuera un nido de pájaro y el picadillo lo puse con forma de huevo, ya que era un nido de pájaro".

Las manos son sus ojos

Lo describe de tal forma que nadie diría que no ve, "no veo, pero tocamos. Hemos aprendido. Nuestras manos son nuestros ojitos, utilizamos muchísimo las manos y para emplatar todo lo hacemos con las manos, con ellas hacemos el dibujo y sabemos como queremos que quede".

¿Cuál es la clave para desenvolverse en la cocina siendo invidente? "No hay ninguna, solo querer", dice con rapidez y determinación, "querer y no tener miedo, las limitaciones las marcamos nosotros y al no tener miedo no hay límites y te tiene que gustar".

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Y el orden, porque para una persona ciega, "el orden es primordial, porque si no hay orden no podemos hacer nada. Antes de ponernos a hacer cualquier plato ponemos toda la materia en el orden en el que la vamos a utilizar para que cuando echemos la mano sepamos lo que cogemos, los cuchillos siempre están puestos en un taco porque sin orden no podemos hacer nada".

Hablando de los cuchillos, ¿cómo los controlas? "Cuanto más afilados nos apañamos mejor, al principio vamos lentos, pero luego cogemos rapidez con la práctica y utilizamos cuchillos grandes y no nos cortamos. Y el aceite, pues tocamos la cazuela porque cuando vibra sabes cómo va el aceite y poniendo la palma de la mano".

"Además se nos agudizan los sentidos del gusto y el olfato y vamos sabiendo si ya le falta poco a lo que estás haciendo". Mariví tiene una cocina adaptada que funciona ya de forma digital a través de una aplicación, un prototipo que se está perfeccionando, "con la que puedo encender la placa con el tiempo suficiente o necesario".

Mariví Martínez en el estudio de COPE Logroño tras ganar el Concurso de Cocina

Esta riojana va a seguir cocinando y perfeccionando "los platos de garbanzos, que me salen buenos, pero no me sale ese caldito espeso que le sale a mi suegra", confiesa al igual que descarta, al menos a día de hoy, presentarse a otros concursos de cocina de esos que tienen tanta audiencia en la tele.

Carlos Herrera y sus patatas a la riojana

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