Madrid - Publicado el - Actualizado
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Los terrores nocturnos son alteraciones del sueño en las que el cuerpo del niño está despierto pero no su mente, es decir, se encuentra en una especie de zona a caballo entre el sueño y la vigilia. Durante estos 'episodios' los pequeños pueden llegar a sufrir taquicardias, sudores o dilatación de las pupilas. Se calcula que el 50% de los niños lo sufre.
En 'Mediodía COPE' el doctor Francisco González Sánchez-Ferro, neurofisiólogo Clínico de la Unidad del Sueño del Hospital Beata María Ana ha llamado a la 'tranquilidad'. “Se trata de una patología que no lleva implícito ningún problema médico subyacente, ni siquiera psicológico”. “Ocurre una o varias veces a lo largo de la infancia, generalmente entre los 2 años y medio y los 6. A los 12, cuando el cerebro madura, suele desaparecer”, ha señalado.
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El doctor advierte de que se desconoce la causa con lo que resulta “imposible' evitarlos. “Hay teorías que hablan de una hiperactividad cerebral heredada. Otras la relacionan con las apneas, niños con amígdalas muy desarrolladas y una consiguiente disminución del flujo respiratorio.
Eso sí, el especialista ha recomendado no despertar bajo ningún concepto al pequeño. “Si lo hacemos estará aturdido y no va a volver a dormir tranquilamente”.