Se va a Italia de vacaciones y la llamada del dueño de un bar de Vigo le cambia la vida: "Estaba vacilando"
La relación del dueño de un bar y un cliente, mucho más allá que un café con leche. Este ha sido uno de los mejores contenidos de 'Mediodía COPE' de esta temporada
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Rubén García es el dueño del bar Casa Puentes de Vigo, famoso por sus empanadillas y tortilla de patatas y, sobre todo, por la buena relación que mantiene con su clientela habitual. Precisamente, su testimonio en 'Mediodía COPE' con uno de sus clientes, ha sido una de las historias más vistas esta temporada en COPE.es.
La suya es una de las historias que emocionan y que demuestran que las personas buenas y de buena fe existen, aunque en estos tiempos convulsos en los que vivimos parecen haberse extinguido. ¿Se puede confiar todavía en las personas? ¿Aunque haya en juego dinero?
No te pierdas el desenlace de este conmovedor testimonio de uno de los mejores contenidos de este año de 'Mediodía COPE'.
Pon un bar en tu vida
Los bares de toda la vida se consiguen hacer un hueco en nuestro corazón. Y no hablamos de forma metafórica, sino muchas veces literal. Cuando vamos de forma habitual a un mismo local, acabamos generando un tipo de vínculo con el propietario. Y llega un día en el que ese vínculo se hace cada vez más fuerte. Dejas de ser un mero "cliente" y te conviertes en un habitual.
Y eso, al final, te da ese voto de confianza del dueño. ¿Olvidas la cartera? No pasa nada, porque lo más probable es que el dueño te deje pagar al día siguiente. ¿Te ve entrar por la puerta? Probablemente, el propietario ya sepa cómo te gusta el café y si prefieres la leche fría, templada o caliente.
Y eso es lo que ocurre en el café-bar Casa Puentes, regentado por Rubén. Un local de Vigo, en Pontevedra, donde además de sus empanadillas y la tortilla de patata, sus especialidades, el cliente también puede jugar la Lotería. Todo de lo que hemos hablado al principio, el vínculo que se genera entre el dueño de un bar y sus clientes habituales, cobra especial sentido con esta historia. Y es que ahora mismo, Rubén podría estar de vacaciones con un 1.300 mil euros. No obstante, entre ambas opciones, decidió quedarse con solo una opción y quedarse con lo que tenía.
Se va a Italia de vacaciones y la llamada de Rubén le cambia la vida
Uno de los clientes de Rubén se marchó de vacaciones a Italia. Un cliente con el que tiene tanta confianza que fue él mismo quien le pidió que le echara la primitiva y que se lo pagaría a la semana siguiente, a su vuelta. Lo que no sabía es que resultó siendo premiada con esa cifra. Un boleto que el cliente no había pagado. No obstante, los principios de Rubén están por encima de todo, incluso del dinero, y decidió llamarle para contárselo.
Rubén García ha confirmado en 'Mediodía COPE' que para él "el honor está por encima de cualquier cifra monetaria. Aunque la gente pueda decir que todos tenemos un precio, para mí el honor y los valores de una persona valen más que ese millón trescientos mil euros", ha contado a Pilar García Muñiz.
Puedes escuchar la historia completa reproduciendo el siguiente audio:
Rubén ha explicado que se trata de un cliente que va "todos los días a tomar café, es un cliente habitual más que un cliente". Ha contado que hay una serie de clientes con los que tiene más vínculo que con otros. "Al final son muchas horas que pasas a lo largo de los días y los meses y con determinada gente tienes más afinidad y esta persona agraciada es uno de esos clientes que considero más que un cliente", ha agregado.
La llamada que le cambiaría la vida al cliente de este bar
Rubén ha contado cómo se desarrolló aquella llamada: "Le llamé el mismo sábado poco después de que saliese el sorteo. Le llamé él estando de vacaciones y como tenemos este buen rollo entre nosotros y siempre andamos con bromas, con ese cachondeo sano, con ese humor pícaro... Cuando está de vacaciones o está de baja porque se ha torcido un tobillo, siempre le pico y le digo que ya está bien de tanto descanso y a ver si vuelve a trabajar", ha relatado.
Cuando recibió su llamada "pensaba que le estaba vacilando, que le llamaba para decirle que ya eran suficientes días de vacaciones y que volviese a Vigo a dar el callo. Su primera impresión fue esa", ha explicado el propietario del bar. También ha subrayado que para él "la palabra es sagrada" y que si una persona le pide un favor, y al margen del valor del premio, él va a cumplir: "Yo soy una persona de principios y para mí es más importante la palabra y estar con la cabeza bien alta y orgulloso de actuar correctamente".
No se trata de un acto "habitual" pero ha confesado que se trata de algo que puede hacer "con clientes habituales, que sé que vienen todos los días y juegan un boleto diariamente y justo ese día se olvida la cartera. Tanto con un boleto como con una consumición. Hay confianza con una serie de clientes como para que me paguen otro día", ha concluido el dueño de este bar.