Nuestra hermana Clare

En medio del dolor causado por la DANA nos llega la noticia de que el 12 de enero de 2025 tendrá lugar la apertura de la causa de beatificación de la hermana Clare Crockett en la catedral de Alcalá de Henares. Recuerdo el impacto que me produjo su muerte en el terremoto del año 2016 en Ecuador. Pertenecía a las Siervas del Hogar de la Madre e intentaba salvar a varias postulantes de su congregación cuando la escalera se vino abajo y quedó sepultada bajo los escombros. Clare había nacido en el Ulster, en el clima de violencia provocado por el terrorismo del IRA, y en un barrio donde el alcoholismo, las rupturas familiares, el desempleo y la infravivienda, eran el pan de cada día. Sin embargo, se abría paso gracias a su precoz talento artístico. A los 15 años ya presentaba un programa de televisión para jóvenes y pronto debutó en el cine. Vivió tres años de vértigo en los que su corazón no encontraba descanso. Una noche estaba vomitando en el servicio de una discoteca cuando escuchó a Jesús preguntarle: “¿por qué sigues hiriéndome?”. Entonces comprendió que todo aquello era paja comparado con el amor de Cristo. Clare dejó atrás los focos, las pantallas, los hoteles… Dejó su verde Irlanda y fue a parar, por obediencia, al Colegio de las Siervas del Hogar de la Madre en Playa Prieta, Ecuador.

Allí vivió quince años en los que maduró profundamente. Su rostro, siempre sonriente, se volvió luminoso para todos. Había dejado el camino de la fama, pero paradójicamente, su muerte a causa del terremoto provocó que el Evangelio vivo que ella encarnaba fuese proclamado desde las azoteas del mundo, verificándose de nuevo aquellas extrañas palabras de Jesús a los apóstoles: “cuando sea elevado, atraeré a todos hacia mí”. La historia de Clare Crokett, la estrella del espectáculo convertida en monja, que atrae a miles de personas tras ser tempranamente arrebatada en un terremoto nos habla del camino misterioso de la Iglesia. Más allá de nuestros cálculos y planes.