No la fabricamos nosotros
Escucha la Firma de José Luis Restán del lunes 13 de enero
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No es mi intención hacer propaganda de la película “Cónclave”, de la que el vaticanista John Allen ha dicho que es absurdamente inverosímil, que sus personajes son caricaturescos y su desenlace es políticamente correcto, mientras un cinéfilo como el obispo Erik Varden ha dicho que no la encontró ofensiva “porque no es lo suficientemente interesante para ofender”. Pero sí quiero fijarme en una afirmación de uno de sus personajes, porque está a la orden del día: “La Iglesia no es la tradición, dice el supuesto cardenal Benítez, la Iglesia no es el pasado, la Iglesia es lo que hagamos en adelante”. O sea, nosotros inventamos la Iglesia, que será lo que queramos que sea. Si esto fuese así, la Iglesia sería como cualquier otra creación humana, y llegaría simplemente a donde puedan llegar sus miembros. Sería “nuestra” Iglesia, la que fabricamos nosotros, y su capacidad de responder a las necesidades de los hombres sería bastante limitada.
Por el contrario, lo interesante es que la gente, a lo largo de la historia, pueda encontrar a la Iglesia de Cristo, esa que no hemos hecho nosotros, que proviene de Él y que es más de lo que nosotros podemos imaginar e inventar. La tarea de cada nueva generación será entonces profundizar en lo que Cristo nos ha regalado ya; volver a las fuentes de agua viva que nosotros no podemos producir, al Evangelio, a la gran Tradición encarnada por los santos; y hacer nuestro todo ese patrimonio en las circunstancias actuales, deshaciéndonos de la ganga para que reluzca el oro.
¡Claro que la Iglesia es la Tradición!: la Tradición viva que sigue desplegando riquezas desconocidas, no es una foto vintage. Y sí, es importante lo que hagamos en adelante, sobre todo es importante una conversión continua, un sí renovado a Cristo en cada nueva circunstancia. Sin eso la Iglesia se vuelve aburrida, inoperante, un nido de conspiraciones. Como lo que refleja tristemente esta película.