La justificación religiosa de la guerra es aberrante

La justificación religiosa de la guerra es aberrante
Publicado el - Actualizado
2 min lectura
Todavía hay quien dice que el Papa no habla suficientemente claro sobre la invasión de Ucrania, pretendiendo quizás que se exprese como si fuera un líder político o un responsable de la OTAN. Ayer, durante el Ángelus, Francisco puso su mirada en la ciudad de Mariúpol, que “se ha convertido en una ciudad mártir de la desgarradora guerra que está devastando Ucrania”. Para describir lo que está sucediendo, el Papa habló de una “inaceptable agresión armada” que debe cesar ya, “antes de que reduzca las ciudades a cementerios”. Y puso delante de nuestros ojos “la barbarie de la matanza de niños, de personas inocentes y de civiles indefensos”, frente a la cual “no hay razones estratégicas que valgan”. “En nombre de Dios, escuchen el grito de los que sufren, pongan fin a los bombardeos y a los ataques. En nombre de Dios, les pido: ¡detengan esta matanza!”. Lo repitió tres veces, pero parece que todavía hay quien no entiende a quién se lo pedía el Papa: se lo pedía, evidentemente, al agresor injusto, a Vladimir Putin.
En su intervención de ayer hubo, además, otro aspecto muy significativo. Francisco afirmó que “Dios es solo el Dios de la paz, no es el Dios de la guerra, y los que apoyan la violencia profanan su nombre”. Esta afirmación del Papa no se debe tomar a beneficio de inventario, porque un aspecto trágico de estos días es el hecho de que el Patriarca de Moscú ha pretendido justificar esta guerra con razones cuasi religiosas. Estas palabras de Francisco son las mismas que pronunciaron en su día Juan Pablo II y Benedicto XVI, pero como subraya el editorial de Vatican News, “los destinatarios del llamamiento papal no son esta vez fundamentalistas yihadistas, sino cualquiera que piense que puede haber una cobertura religiosa para esta guerra en la que caen bajo las bombas cristianos que comparten el mismo bautismo”.