Probad otra vez
José Luis Restán reflexiona sobre la fase continental del Sínodo
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En estos días se celebra en Praga la Asamblea continental europea del Sínodo que reúne a 200 delegados de todas las conferencias episcopales del viejo continente. Al pensar sobre esta importante cita he recordado el precioso discurso de Benedicto XVI al mundo de la cultura en Lisboa, el año 2010. En él habló de “la crisis de la verdad”, observando que un pueblo que deja de saber cuál es su propia verdad, acaba perdiéndose en el laberinto del tiempo y de la historia” ¿No es ese el actual momento europeo? El Papa reconoció entonces que queda por hacer un gran esfuerzo para aprender la forma en que la Iglesia se sitúa hoy en un mundo marcado por esta crisis. De ese aprendizaje, creo, se habla estos días en Praga. Para este aprendizaje, necesario en cada momento de la historia, no existen mapas ni manuales, pero sí el aliento del Espíritu y la sabiduría de los santos de ayer y de hoy.
Éste es un momento que exige lo mejor de nuestras fuerzas, audacia profética para “mostrar al mundo nuevos mundos”, añadió Benedicto XVI, citando al gran poeta portugués Luís de Camõens. Eso es lo que pretendió el gran Concilio Vaticano II, al acoger y recrear lo mejor de la modernidad, superando sus errores y evitando las veredas que no tienen salida. Pero la tarea no concluye nunca. “Debemos vencer la tentación de limitarnos a lo que ya tenemos, o creemos tener, como propio y seguro”, dijo también el Papa en aquella ocasión. Es verdad que muchas veces no sabemos cómo hacer ni qué decir, estamos como los apóstoles tras haber bregado toda la noche sin sacar nada. Como ha dicho el teólogo checo Thomas Halick, en la introducción a la Asamblea de Praga, Jesús nos dice hoy lo mismo que les dijo a aquellos exhaustos pescadores: “probad de nuevo… hace falta perseverancia y coraje para dejar la costa e ir a lo profundo… ¿es que no tenéis fe?”