De qué trata ser cristiano

José Luis Restán reflexiona sobre uno de los milagros que obró Jesús: la resurrección de Lázaro

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De qué trata ser cristiano

José Luis Restán

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El diálogo de Jesús con Marta, a cuenta de la muerte de su hermano Lázaro, es uno de las más vibrantes del Evangelio, no es extraño que la Iglesia nos lo proponga en el pórtico de la Semana Santa. Jesús, teniendo noticia de la enfermedad de su amigo Lázaro, ha demorado dos días su llegada a Betania. Cuando se acerca, Marta sale a su encuentro con una comprensible queja: “si hubieras estado aquí, no habría muerto mi hermano”. Nosotros también pensamos con frecuencia que, si el Señor estuviese a nuestro lado, no nos pasarían las cosas que no deseamos. Marta no se contenta con la respuesta de Jesús de que Lázaro resucitará, y contraataca: “sé que resucitará al final de los tiempos”. Una respuesta impecable en la que se escondía un sutil reproche: largo me lo fías, Señor, yo lo quiero vivo ahora.

Es entonces cuando Jesús pone a Marta frente a lo que ha vivido con Él todos aquellos años: “Yo soy la resurrección y la vida, ¿crees esto?”. Jesús no le pide a Marta un salto en el vacío, sino dar crédito a lo que ha visto y oído, a la vida grande que ha experimentado junto al Maestro. Sólo en ese momento, Marta cede. Ya no trata de replicar a Jesús, ya no se queja: “sí Señor, Tú eres el Cristo, el que tenía que venir”. La victoria de Cristo ya sucede en el presente, donde se anticipa la plenitud de la vida eterna.

En la escena vemos llorar a Jesús ante la muerte de Lázaro, que para Él no es una anécdota sino un drama. Vemos el afecto tierno de Jesús por un amigo, y el desgarro innegable que le provoca su muerte. Jesús va a resucitar a Lázaro para que quienes estaban abiertos, quienes eran sencillos de corazón, entendieran que Él era el enviado del Padre, que se le había dado la última palabra sobre la vida y sobre la muerte. La pregunta con la que Jesús desafía a Marta es la misma que nos lanza a nosotros: frente a las circunstancias, gratas o dolorosas de la vida, que nos e nos ahorran, ¿creemos que con Él nuestra vida está a salvo, pase lo que pase? De eso trata ser cristiano.

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