Restán: "La oración no es demasiado poco"
La oración no está en contradicción con ningún esfuerzo justo, ni quita espacio a ninguna iniciativa, sino que da a nuestros esfuerzos su forma más adecuada para servir al bien
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Restán: "La oración no es demasiado poco"
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Hoy, Miércoles de Ceniza, la Iglesia nos invita a considerar la seriedad de la vida humana, que es drama porque, a cada paso, debemos decidir por el bien o por el mal. Pero ante los desafíos dramáticos de la vida, no estamos solos con nuestras pobres fuerzas. Hay uno, Cristo, el Verbo de Dios hecho hombre, que lucha por cada uno, que ha dado su vida para rescatar la nuestra.
Hoy la ceniza que cae sobre las cabezas de los ucranianos procede de la destrucción provocada por las bombas que lanza un agresor injusto. "Dios está con los que buscan la paz, no con los que recurren a la violencia", exclamó el Papa en el Ángelus del pasado domingo, y en esa frase está condensado el juicio del Sucesor de Pedro sobre lo que sucede estos días. Francisco ha pedido a todos los católicos, a los cristianos de otras confesiones, y a los hombres y mujeres de buena voluntad, que nos unamos en una plegaria concorde a Dios que es el Príncipe de la paz.
La oración no está en contradicción con ningún esfuerzo justo, ni quita espacio a ninguna iniciativa, sino que da a nuestros esfuerzos e iniciativas su forma más adecuada para servir al bien. Como decía San Juan Crisóstomo, el hombre que ora tiene en sus manos el timón de la historia. La paz que anhelamos y pedimos para Ucrania y para el mundo necesita el cimiento sólido de la verdad y de la justicia, y necesita también que se abra el arduo camino del perdón. Son tareas que nos desbordan, y por eso, ante la magnitud del mal que se abate sobre nuestra tierra, imploramos la ayuda de Aquel que fue crucificado y con su resurrección nos asegura que el mal no tiene la última palabra.