

"El apellido de moda en la política española es Montero"
Escucha el monólogo de Jorge Bustos del lunes 7 de abril
- 3 MIN
El apellido de moda en la política española es Montero. Hay una Montero grande y una Montero chica, como dice Rosa Belmonte. La paradoja es que en estos momentos la chica se está agrandando y la grande se está encogiendo. Es un fenómeno físico extraño, pero lo podemos explicar. Sí se puede, que diría la Montero chica.
Veamos. María Jesús Montero, la Montero grande, acumula en estos momentos cuatro importantes responsabilidades, cada una de las cuales merecería por sí sola una dedicación completa. Es vicepresidenta primera del Gobierno, es la ministra de Hacienda, es la número dos del PSOE y es la candidata socialista de la Junta de Andalucía. O sea, tiene que compaginar el mitin desorejao en Sevilla o Málaga con la hoja de Excel del fisco. Y además, en su cabeza se mezclan los problemas internos del PSOE heredados de Ábalos y de la pérdida de poder territorial con las respuestas en sede parlamentaria como vicepresidenta del Gobierno. Y claro, se hace unos líos terribles. En su descargo diremos que ella nunca quiso aceptar la candidatura a la Junta de Andalucía: sabe que lo tiene crudo contra Juanma Moreno para bastante tiempo, pero al parecer nadie sabe decirle que no al amo. Si el amo te manda al frente a morir, tú vas. Y si encima te sientes culpable porque conspiraste para la sucesión del amado líder en aquellos cinco días de la espantada de abril, pues menos autoridad te queda para negarte a la explotación laboral que el amo te exige.
Y así está María Jesús. Disparatando en cada mitin, liquidando la presunción de inocencia un día, arremetiendo contra las universidades privadas otro, atacando a Feijóo cuando tocaba pelotearle... No se entera porque está sobrepasada. Incluso ha perdido peso de forma evidente. Y siendo médico debería escuchar mejor a su propio cuerpo: lo que pasa es que habla tanto que no se escucha ni a sí misma. Las señales de su carbonización saltan a la vista, y sus compañeros de gabinete empiezan a filtrar su preocupación.
Este navajeo interno en la extrema izquierda no afecta únicamente a Podemos y a Sumar: afecta directamente al PSOE"
Copresentador de 'Mediodía COPE'
Y luego tenemos a la Montero chica, doña Irene, que ya es oficiosamente la candidata a la presidencia del Gobierno de Podemos. Su amiga Ione ha posado su dedo sobre ella este fin de semana, porque eso de consultar a la militancia ha pasado de moda en la izquierda ibérica. En Podemos se consulta básicamente al chalé de Galapagar, que es de donde salen todas las decisiones. Son pocos pero muy sectarios, que diría el clásico, y aseguran un porcentaje de voto suficiente para vivir ellos y para condicionar esta legislatura y la siguiente. Y en Galapagar han decidido que ha llegado la hora de la venganza contra Yolanda, que excluyó en su día de las listas a una Irene achicharrada por los calamitosos efectos de ley del Sí es Sí. Pero ahora la achicharrada es Yolanda Díaz, lideresa intermitente de un artefacto llamado Sumar que se refunda más o menos cada dos semanas, sin lograr nunca remontar en las encuestas.
Pero este ruido de piolets, este navajeo interno en la extrema izquierda no afecta únicamente a Podemos y a Sumar: afecta directamente al PSOE. Con dos listas a su izquierda fragmentando el voto, es matemáticamente imposible que Sánchez pueda reeditar la carambola de julio de 2023. Sería un final redondo para el PSOE: un Pablo Iglesias lo fundó y otro Pablo Iglesias lleva camino de hundirlo".