Pilar García Muñiz: "Muchas empresas coinciden en que es mejor parar a pagar una factura desorbitada"
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Esta semana vamos a conocer qué respuesta da la Unión Europea al cierre del gasoducto Nord Stream 1 que une Siberia con Alemania y que distribuía cerca del 40 por ciento del gas que consume Europa.
Tenía que haber reanudado su suministro el pasado sábado después de unos trabajos de mantenimiento, pero Rusia no lo ha hecho. Se justifica hablando de averías y reparaciones que tiene que acometer, pero es el enésimo pulso que echa Putin que hace que crezca además el temor de que más pronto que tarde cierre definitivamente el grifo del gas a través de esa tubería.
Todo esto coloca en una situación crítica al conjunto de Europa a las puertas del otoño, donde preocupa el suministro y el precio tan elevado que está alcanzando la energía, dos puntos que van a tratar este viernes los ministros del ramo que se van a reunir en Praga.
Hay quien dice que en Bruselas estarían barajando poner un límite al precio del gas ruso para que no se pueda comprar a partir de cierta cantidad, o incluso dejar ya directamente dejar de contar con el gas de Moscú y tirar el invierno con las reservas que tenemos que ahora mismo están entorno al 80 %. Son medidas más drásticas, porque la de reducir el gas en toda Europa en un 15% hasta la primavera como ya se ha decidido, no parece que vaya a ser suficiente.
Aquí en España esa reducción es del 7%. Tanto los hogares como la Industria están exentos de cumplir ese ahorro energético. Una Industria que se está viendo ya muy afectada por los altos costes de producción.
Un ejemplo: el sector cerámico español que es la tercera industria con mayor exportación de España. Han aumentado las exportaciones, pero la actividad industrial ha caído un 9 por ciento, porque debido a lo que cuesta hoy día todo, han tenido que ralentizar la producción e incluso pararla.
En 2020 estas empresas gastaban 280 millones en gas, en 2021 más del doble, 678 millones y en este 2022 pueden incluso superar los 2000 millones entre gas, electricidad y derechos de emisión de CO2, algo inasumible para el sector.
Es una situación a la que hoy ponemos voz con el sector cerámico, pero que se está dando en otras muchas otras industrias. Empresas como Arcelor, Michelin, la papelera Saica, Volkswagen y otras muchas se han visto obligadas a parar, han reducido su producción o directamente no la han reanudado tras las vacaciones. Todos coinciden en que es mejor parar a pagar una factura desorbitada.