Pilar García Muñiz: "Recortamos gastos y compramos menos porque el presupuesto no llega para todo"
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Está entretenido el panorama fiscal en España y, sinceramente, parece que cada día que pasa encontramos alguna rebaja de impuestos o tasas en alguna región española. Está de moda, algunos lo hacen por convencimiento y otros lo hacen para no quedarse atrás y perder bazas electorales.
Es lo que le puede haber pasado al presidente Extremeño, Guillermo Fernández Vara. Hoy ha anunciado una bajada de tasas. No de impuestos, sino de tasas. Que No es lo mismo. Los impuestos afectan a gran parte de la población de forma obligatoria para financiar servicios públicos. Va dirigido a la propiedad, a la riqueza o al consumo.
Las tasas, tienen un uso más concreto. Digamos que se paga por un servicio. Por ejemplo cuando pagamos la ITV o el servicio de recogida de Basuras. Extremadura lo que anuncia es una bajada de tasas y el presidente Extremeño afana en dejarlo claro que no baja impuestos. Tecnicamente será así, pero desde luego, para los ciudadanos es básicamente lo mismo el resultado es que pagamos menos a la administración.
Lo cierto es que la rebaja fiscal que ayer anunció el presidente socialista valenciano XIMO PUIG ha abierto un brecha en la estrategia de Moncloa.
Ha dejado en evidencia la directriz para que no se rebajen impuestos en las comunidades gobernadas por el PSOE. Valencia ha abierto la esclusa y desde Moncloa no se ven capaces de nadar contra esta corriente.
De hecho, la minsitra de Hacienda, María Jesús Montero ha anunciado esta mañana deducciones en el IRPF para quienes ganen menos de 21.000 euros en Bruto, que según dice la ministra, beneficiará al 50% de los trabajadores españoles.
El gobierno se está comportando como el doctor Jeckil y Mister Hyde. Se contradice a sí mismo porque en el PSOE siempre han mantendio que bajar impuestos es poco menos que una maldición para la economía de un país. Y, sin embargo, lo acaba de hacer. Es una reacción a contrapíe para tratar de minimizar el efecto de la rebaja fiscal en las regiones populares.
Pero claro, es tan evidente el volantazo hacia la política del PP, que para equilibrar un poco también han anunciado el famoso impuesto a los ricos bajo el nombre de impuesto de solidaridad temporal. Se establece para rentas superiores a los 3 millones de euros a pagar en 2023 y 2024.
Un impuesto para contentar a la parroquia de Podemos que se estaba quedando a cuadros con la rebaja fiscal planteada por el gobierno. Es como gobernar lanzando una moneda al aire y hoy ha caído de canto, así que tenemos las dos caras una de subida y otra de bajada.