Pilar García Muñiz, sobre la subida de los costes: "Se han apretado tanto el cinturón que ya les ahoga"

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Decían que no iba haber desabastecimiento y que no iba tener prácticamente efectos, pero el caso es que en este cuarto día de paros en el sector del transporte ya estamos notando sus consecuencias.

Ya hay serios problemas en algunos mercados centrales como en Mercagranada, a donde no están llegando muchos productos, lo que supone que en los supermercados y en las tiendas, sobre todo en los pequeños comercios, haya escasez de alimentos frescos.

Es cierto que la plataforma convocante no es la que engloba a la mayoría de empresas del sector, pero sí a muchos transportistas autónomos y PYMES que están hartos, que ven cómo llenar sus depósitos les cuesta cada mes muchos cientos de euros más.

Dicen que la situación es tan insostenible que no pueden esperar más. Ni siquiera al próximo 29 de marzo que es cuando desde el Gobierno aseguran que van a bajar el precio del gas, de la electricidad y de los carburantes. Las medidas se necesitan ya, es un clamor además desde muchísimos sectores, pero en Moncloa prefieren esperar a la reunión de la Unión Europea el 24 y 25 de marzo, para ver si esas medidas que adopte Bruselas son suficientes y así minimizar la intervención gubernamental.

Pero los transportistas están al límite de sus fuerzas, porque cada día que pasa supone uno más de pérdidas. Y en el mundo del comercio y los servicios todo es una cadena: si los transportistas paran, la mercancía no llega a su destino.

De hecho la industria láctea suspende su actividad a partir de hoy no recogerá la leche de las explotaciones ganaderas ni llevará la procesada a los canales de distribución porque nadie les garantiza que haya transporte para ello, y claro, la leche es un producto perecedero.

Temen que si la cosa sigue así se van a ver obligados a tirar leche y se quejan además de los piquetes que impiden trabajar a los transportistas que no secundan el paro.

Un paro que también está afectando a la fruta y a la verdura y al sector pesquero, se nota que hay menos género en muchas pescaderías y a la construcción donde hay obras que han tenido que parar o que van con retraso porque los materiales no les llegan.

Cada vez son más los sectores que se ven afectados por este paro indefinido que nadie sabe hasta cuándo va a durar. Lo único que está claro es que cuánto más se alargue más daño va a provocar al mercado muy tensionado ya por la crisis de la pandemia y ahora la energética.

La plataforma que lo ha convocado pide mejorar laborales para los transportistas y lo más urgente: bajar el precio de los carburantes como han hecho otros países europeos. Algo que también reclaman desde otros muchos sectores , no esperar como quiere el gobierno hasta el 29 de marzo; porque no son solo los combustibles, es también la luz y el gas. Se han encarecido tanto los costes de producción que llevan mucho tiempo ya aprentándose el cinturón. Tanto que, dicen, han llegado a un punto en el que ya les ahoga.