Pilar G. Muñiz: "Lo que preocupa es la inflación subyacente, que indica que esta situación no es coyuntural"

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Lo del IPC es imparable...La escalada de los precios no toca techo y en este mes de julio vuelven a subir hasta llegar casi al 11%, una barbaridad.

El dato exacto es del 10,8 % según el índice adelantado del INE. La cifra más alta en casi 40 años, concretamente desde septiembre de 1984.

De confirmarse este dato el próximo 12 de agosto, supondría un aumento de la inflación de seis décimas en su tasa anual, ya que en el mes de junio esta variación fue del 10,2 %.

Los precios de los alimentos y bebidas no alcohólicas, y la electricidad han disparado la inflación en julio, a pesar del descenso de los carburantes, como consencuencia de la cierta moderación que ha tenido el precio del petróleo.

El dato del IPC general es malo, pero la que más preocupa es la tasa subyacente que excluye los elementos más volátiles como los alimentos frescos y los productos energéticos. Pues esta tasa también se ha elevado 6 décimas en julio hasta el 6,1% interanual, la mayor cifra desde enero de 1993, y esta es la que nos indica realmente que esta situación no es coyuntural, sino que estamos ante una inflación persistente.

Ya ves, lo que empezó como una crisis energética se está contagiando al resto de la cesta de la compra. Tanto que la bajada de los combustibles, que habían estado entre los grandes responsables de la actual situación, no ha servido para suavizar la escalada de precios.

Y a esto hay que añadir que en este mes teníamos ya el tope del gas y la rebaja del IVA y otros impuestos de la luz. Imagínate si no se hubieran tomado estas medidas...estaríamos hablando de una inflación aún más disparada.

Pues así estamos en el que va a ser el verano más caro de las últimas décadas, con precios que asustan y unos salarios que suben de media un 2 y medio por ciento. Es decir, que estamos perdiendo mucho poder adquisitivo.

Pese a ello hoy mucha gente está haciendo las maletas porque se marcha de vacaciones. Saben que van a pagar más por las gasolinas, por el hotel, por la comida que cocinen en el apartamento o la que pidan en el restaurante, por la caña del chiringuito... pero la temporada de verano es cuando quien puede tira de sus ahorros, dice... oye mira, yo me merezco unos días de descanso, que luego el año es muy duro...así que meto mano a la hucha.

Ten en cuenta que hay familias que tienen ahorros debido a la pandemia. Con el COVID y las restricciones hemos gastado menos y ese ahorro es el que les permite ahora poder escaparse unos cuantos días.

Pero el problema dicen los analistas no es el verano. El problema vendrá en otoño cuando además de a esta situación inflacionista, tengamos que hacer frente también a una nueva subida de tipos de interés que volverá a encarecer las hipotecas y las inversiones de las empresas.

Al final todo esto va a retraer el consumo y frenará el crecimiento ecónomico, que notaremos especialmente en el arranque de 2023.

A esto suma la recesión técnica en la que ya está EEUU. Veremos si Europa no va detrás...

Todo va a depender de nuevo de un hombre que ha puesto el mundo patas arriba y que con sus ansias imperialistas nos ha fastidiado pero bien. Pues si, todo se puede complicar aún más si Putin decide definitivamente cerrar el grifo del gas.