La gacería, una jerga que quiere ser lengua, ¿por qué no hablarla en el Congreso?
Ana Rosa Zamarro, alcaldesa de Cantalejo, es la mayor defensora de este dialecto como dejó claro en COPE. Se ha propuesto que no se olvide y para ello ha publicado ya varios libros
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Esta semana hemos asistido al uso del catalán, gallego, euskera en el Congreso de los Diputados indistintamente con el castellano. Ocurría en el primer pleno de la XV Legislatura, al ponerse en marcha el uso de lenguas cooficiales. Una legislatura que ha comenzado con el Gobierno en funciones; el 26 y 27 asistiremos al debate de investidura de Alberto Núñez Feijóo y si no prospera lo intentará el candidato socialista, Pedro Sánchez al principio de octubre.
En estos debates también escucharemos hablar en catalán, euskera y gallego a sus señorías. Los diputados de Esquerra Republicana de Cataluña y Junts per Catalunya han utilizado el catalán en todas sus intervenciones, desde el pleno del martes, mientras que los del PNV han alternado indistintamente el castellano y el euskera como hacen habitualmente en el Parlamento vasco. Algo parecido ha hecho Bildu.
En el caso del PSOE y de SUMAR hay de todo, unos diputados han hablado en catalán, otros en euskera, otros en gallego, sobre todo en el partido que encabeza Yolanda Díaz que integran a siete formaciones, como Compromís o la Chunta Aragonesista.
PP y Vox, solo utilizarán el castellano, aunque el diputado popular Borja Sémper, sorprendía a propios y extraños al mezclar castellano con alguna frase en euskera, en el primer pleno. Más tarde explicaba que era la demostración de que se pueden utilizar expresiones en cualquier lengua cooficial del Estado siempre que uno lo traduzca sin necesidad de reformar el Reglamento de la Cámara Baja.
La era del pinganillo
Comenzaba así la era del pinganillo en el Congreso de los Diputados en el que cobran especial relevancia los traductores o intérpretes. Una profesión que conlleva mucha concentración y responsabilidad como explicaba en Mediodía COPE, la traductora Elena Cavero es "una profesión que presenta complejidad al tener que ir cambiando de idioma sobre la marcha, es una técnica que aprendemos, hay que estar muy concentrado y con todos los sentidos, pero se puede hacer".
¿Cómo lo consiguen? "Es una manera de dividir tu cerebro en dos, por una tienes que escuchar al orador y por otra tienes que estar traduciendo en tu cabeza, es una técnica que vas entrenando", explicaba Elena, y como "hay oradores que hablan muy rápidos, vamos un pasito por detrás para guardarnos las espaldas y ver por dónde van, por dónde salen".
La gacería, una jerga que en Cantalejo no quieren que se pierda
Hará unos diez años, quizás más, que no voy al Congreso de los Diputados a ninguna sesión de Control al Gobierno de los miércoles ni a ninguna comisión (aquellas interminables de Economía e Interior) y, ya entonces, en los pasillos, en la sala de ruedas de prensa o en el patio se escuchaba hablar en gallego, catalán o euskera, entre algún que otro diputado y periodistas.
Es verdad que en el hemiciclo, en los plenos y debates, solo se empleaba, hasta esta semana y alguna que otra cita de algún diputado desde la tribuna, solo se hablaba castellano.
Lo cierto es que España tiene una gran riqueza lingüística. A lo largo y ancho de nuestra geografía, nos encontramos el aragonés o fabla, el aranés, que emplean en el Valle de Arán, en Lérida, el bable asturiano, el leonés, que no solo se habla en León y zonas de Salamanca, Zamora, Palencia o Valladolid; el montañés o cántabro; el castúo o extremeño.
Y son solo algunos ejemplos porque si nos vamos a los dialectos, la lista es mucho más larga. ¿Sabías que en la comarca de Sanabria, en Zamora, algunos habitantes utilizan el senabrés (que es una mezcla de gallego y portugués, dada la cercanía a estos lugares). En Cantalejo, un municipio de Segovia de tres mil quinientos habitantes, tienen la gacería.
'El pitoche engrullón', es el título en gacería de 'El Principito'. Su traducción a esta jerga cantalejana, la ha realizado Ana Rosa Zamarro, es su alcaldesa, que conoce este dialecto gracias, en parte, a sus abuelos y como no quiere que se pierda porque lo asocia a sus recuerdos, se le ocurrió hacer traducciones a la gacería empezando por la obra más reconocida e internacional de Antoine de Saint-Exupéry.
"Le daba muchas vueltas, pero la idea la tuvo un editor que me llamó, me propuso este libro en concreto y para mí es como si se me abriera, primero el corazón y luego conseguir que no se olvidara la gacería", le cuenta a Pilar García Muñiz en Mediodía COPE.
Ana Rosa, utiliza en su día a día la gacería, "todos los días oímos una palabra suelta, los cantalejanos la llevamos en el interior y cualquier palabra que nos sueltan la identificamos enseguida", explica y recuerda como "mis abuelos y mis padres la utilizaban más, yo jugaba con mi abuelo a hacer frases y la practicaba y cuando él falleció, yo asocié que si olvidaba la gacería, olvidaba a mi abuelo y me impulsó a estar siempre pendiente de cualquier cosa que me propusieran o yo misma sacar canciones y de alguna forma poderlo plasmar y la iniciativa de 'El Principito' fue una suerte"
Es un homenaje a tus abuelos, "y a todas las personas que se marcharon de sus casas y traían esas palabras que oían fuera y al final se fueron instalando y terminaron siendo muchas palabras juntas, siendo una jerga".
Ana Rosa, que lamenta que en los colegios no se estudie, aunque "se intenta trabajar con ella porque es la historia de Cantalejo y nos identifica". Por ello lo niños, redactan en gacería o reúnen palabras de cómo llamar a los animales, "se intenta hacer cosas con los niños".
'El Principito' ha tenido tan buena acogida que Ana Rosa ha reunido escritos que sacará en dos libros más, dos libros escritos en gacería sobre los oficios que hubo en este pueblo segoviano.