Un anciano de Vigo tiene hartos a sus vecinos: raya coches y bloquea cerraduras con palillos

Este anciano del barrio de O Calvario, en Vigo, ha rayado, el año pasado,1.000 coches y, en lo que llevamos de año, ya van 120 vehículos

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Un hombre, de casi 80 años, tiene hartos a sus vecinos: raya coches y bloquea las cerraduras con palillos

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Viajamos hasta el barrio de O Calvario, en Vigo. No sabemos si el nombre de esta localidad era un presagio, pero los vecinos están viviendo un auténtico calvario. Todo esto, por culpa de un hombre de 79 años, a punto de cumplir 80, que, desde hace más de un año, está realizando actos vandálicos.

Este anciano, en 2018, rayó la chapa de más de mil coches, y en lo que llevamos de año, es decir, 29 días, ya ha rayado otros 120 coches. En total, ha causado daños por valor de medio millón de euros. Se dice rápido. Más allá de conformarse, también se dedica a obstruir con palillos las cerraduras de las puertas e incluso ha llegado a agredir a algunos vecinos con un paraguas o su propio bastón. Esto le sucedió a uno de los vecinos, que le pilló in fraganti mientras rayaba su vehículo, y el anciano, en lugar de salir corriendo, se lió a mamporrazos con el vecino y le rompió la nariz y las gafas.

Los vecinos, como es normal, están atemorizados. Más de una vez ya le han cazado, no solo los vecinos, también la policía: ya suma 12 arrestos por vandalismo y agresión, incluso fue internado en un centro de salud para evaluar su estado mental pero, para sorpresa de muchos, los médicos le dieron el alta rápidamente porque, aseguran: “está perfectamente, su discurso es coherente y no tiene síntomas de ninguna enfermedad”. Es decir, que simplemente estamos hablando de una persona que se porta mal.

Carlos es un vecino de O Calvario. “Bajé a comprar y le pille”, asegura. Esto fue en una de las ocasiones, mientras el hombre se encontraba metiendo palillos en la cerradura del local en el que trabaja. Pero Carlos nos cuenta que, en otras ocasiones han tenido que sacar palillos de la cerradura de su portal y que, las veces que no lo han conseguido, han tenido que llamar a un cerrajero: “Yo lo único que quiero es que alguien haga algo porque son 70 euros cada vez que hay que llamar al cerrajero para sacar los palillos”.

Al principio era un hombre misterioso, nadie conocía su identidad. “Yo sabía que había un hombre, pero no le ponía cara. Ahora todos le conocen porque tienen fotos puestas de él por el barrio”, afirma Carlos. Tras pillarle in fraganti, este vecino de O Calvario, se enfrentó a él, y esta fue la respuesta del anciano: “Me mandó un abrazo y me llamó de todo”. Carlos asegura que no se hace nada porque es un hombre mayor y que lo único que le queda es “ahorrar para el cerrajero”, dice, en un intento de tomárselo de la mejor forma posible.

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