Un ingeniero explica cuál es el proyecto piloto de Sevilla que luchará contra el calor en las marquesinas

Estamos inmersos en la tercera ola de calor del verano y las recomendaciones a seguir pasan por evitar salir de casa durante las horas centrales del día, beber más líquidos como agua y zumos de fruta para mantener una hidratación adecuada, evitar las comidas copiosas, utilizar ropa ligera y holgada de colores claros, gafas de sol y, por supuesto, cremas protectoras solares.

Salir a la calle con temperaturas tan altas es un peligro, y más, por ejemplo, cuando tienes que esperar un buen rato al autobús bajo un sol de justicia. Justo debajo de las marquesinas se concentra un calor sofocante, por mucho que esté dando la sombra. Precisamente por eso, en la Escuela Superior de Ingenieros de Sevilla se ha creado una marquesina que baja la temperatura hasta 20 grados.

"Funciona haciendo pasar agua fría por la superficie de la marquesina"

Sevilla supera los 40 grados durante muchos días de verano, y más si cabe con las olas de calor extremo que se están viviendo este año. Por eso, Pilar García Muñiz ha entrevistado en 'Mediodía COPE' a José Sánchez Ramos, uno de los ingenieros responsables de este proyecto piloto.

Así ha explicado el experto de la Escupera Superior de Ingenieros de Sevilla cómo surgió la idea: "Lo que hicimos es tipificar qué espacios tienen problemas en la ciudad y en qué espacios la gente tiene que estar parado durante más tiempo. De ahí aparece la necesidad de hacer un tratamiento para intentar controlar la sensación térmica de sus ocupantes".

Sin embargo, lo más sorprendente de estas marquesinas es cómo funcionan para que puedan reducir hasta 20 grados la temperatura ambiente: "Hemos integrado un elemento radiante que básicamente funciona haciendo pasar agua fría por la superficie de la marquesina, de tal forma que disminuye la temperatura de la superficie", explica José Sánchez.

Las marquesinas se enfrían durante toda la noche utilizando el cielo y así por la mañana tienen una gran cantidad de agua fría. Y no solo eso, también tienen sensores de ocupación para detectar si hay gente en ese momento y que ellos mismos puedan regular si hace falta que opere el aparato y a qué intensidad.

"Teníamos una exigencia desde el principio, que no costase más que una marquesina actual"

Por otro lado, Pilar García Muñiz se ha interesado por la utilidad que podrían tener este tipo de marquesinas en los meses de invierno y le ha preguntado al ingeniero si podrían funcionar a la inversa. Es decir, protegiendo del frío a todos aquellos que estén esperando por ejemplo el autobús con una especie de marquesina que suba la temperatura del espacio. "Sería mucho más fácil porque lo único que haría falta sería calentar el elemento radiante durante el día para tener agua caliente", comentaba Sánchez. "Y para ello podrían utilizarse placas fotovoltaicas", añadía.

Antes de terminar, también se ha hablado sobre el coste de estas marquesinas, a lo que el ingeniero ha desvelado que ese era uno de los temas más importantes a la hora de crearla. "Teníamos una exigencia desde el principio, que no costase más que una marquesina actual", ha explicado con total claridad. "De hecho ha tenido un coste idéntico, incluso un poco inferior del que tiene una marquesina convencional".