Las claves del caso de un joven condenado por molestar a sus vecinos con música: "Problemas de ruido"

¿Te imaginas estar todo el día escuchando música electrónica y hardcore? Así vivían los vecinos de El Masnou, en Barcelona, durante tres años seguidos.

A pesar de que fueron más de tres veces a quejarse del ruido, el chico no hacía caso, por lo que tuvo que ir la policía, quien le alertó de que debía bajar el volumen. El joven omitió las quejas y ha terminado en prisión con indemnización y multas. En 'Mediodía en COPE', Pilar García Muñiz ha hablado con la magistrada del caso, Lucía Avilés.

Este joven, sea como fuere, ha creado bastantes problemas en sus vecinos, pues fueron 3 años seguidos sin descansar ni un segundo de este estilo de música. Una vecina ha terminado con problemas de insomnio y a otra le ha empeorado el Alzheimer, en total va a tener que indemnizar a 3 vecinos. Lucía Avilés nos confiesa que "según el código penal, el ruido es uno de los mayores problemas medioambientales y de la salud. España es uno de los países más ruidosos".

Este dato no es de sorprender, pues somos ruidosos y la mayoría del tiempo nos acompaña ruido: música, series, pódcast... no desconectamos.

Un dato que explica la letrada y es para sorprenderse es que "mil muertes al año están relacionadas con problemas de ruido", es bastante alarmante y apunta que "es contaminación invisible, pero que la padecemos". Aparte de estar 1 año y 3 meses en la cárcel, va a tener que indemnizar a sus vecinos por los daños psicológicos producidos y estar 1 año y medio sin dedicarse a la música.

En octubre de 2014, el concejal delegado de Medio Ambiente del Ayuntamiento de El Masnou emitió una advertencia al acusado por la contaminación acústica que estaba causando desde su vivienda, y el alcalde pidió un informe a la Diputación de Barcelona para determinar el alcance de las molestias causadas a los vecinos.

Dicho informe, añade la sentencia, acreditó "claramente" el grave riesgo que los ruidos suponían para la salud física y psíquica de los vecinos del procesado.

En concreto, una de las vecinas sufrió problemas de insomnio que requirieron que se le prescribiera un tratamiento hipnótico-sedante y a otra se le agravó el alzhéimer que padecía debido a la ansiedad provocada por el volumen de la música electrónica.

"Es evidente que los actos cometidos por el acusado han causado un daño a los perjudicados, alterando su normal régimen de vida y provocándoles un estado de permanente ansiedad", añade la sentencia.