Paola y María, a las que el terremoto sorprendió en su voluntariado: "Temimos por nuestra vida"
Llevaban tres meses en Turquía apoyando a niños y mujeres en exclusión, la madrugada del lunes el seísmo les hizo despertar asustadas. Pese al miedo, no van a volver a España
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Las consecuencias, sobre todo por la pérdida de vidas, de los terremotos de Turquía y Siria son dramáticas.Ya son más de 11.000 los fallecidos y la cifra seguirá aumentando. Los heridos, en ambos países, suman casi 46.000.
Quienes están allí hablan de devastación absoluta, por eso, toda ayuda es poca. A las costas de Turquía están a punto de llegar los barcos españoles Juan Carlos I y el Galicia para actuar como bases de apoyo y hospitales de campaña. Y acabamos de conocer que van a enviarse otros dos barcos más: el Castilla y el Blas de Lezo.
Las labores de búsqueda de supervivientes se realizan entre millones de toneladas de restos de edificios. Hay miles de personas atrapadas bajo ellos a los que no se puede acceder. Complicado por ello, por el intenso frío que hace -15º, incluso en momentos -20º, y por las casi 700 réplicas al seísmo que no dejan de reproducirse.
En Mediodía COPE hemos hablado con Manuel, enfermero del 061 de Murcia, miembro de uno de los contingentes españoles y con Paola y María, dos jóvenes española a las que el terremoto les pilló en Turquía donde realizan voluntariado con mujeres y niños en situación de exclusión.
Paola y María, voluntarias españolas: "Temimos por nuestra vida y la de nuestros compañeros"
No sabían que era un terremoto en vivo. Por ello cuando a las cuatro de la madrugada del lunes todo comenzó a temblar, Paola y María, se despertaban asustadas, lo siguiente fue el miedo.
"No sabíamos que era y cuando empezamos a ver que se movía el edificio cogimos la chaqueta, nos pusimos las botas y nos fuimos a la calle a buscar un lugar seguro. Fueron momentos de miedo absoluto porque era la primera vez que sufríamos un terremoto y temimos por nuestra vida y la de nuestros compañeros", cuenta a Pilar García Muñiz, Paola.
"Ahora estamos bien y estamos cuidadas", tranquiliza Paola, sobre todo a sus familias que saben que no van a regresar y menos ahora cuando tanta gente necesita ayuda, "nuestras familias nos entienden y saben que no íbamos a volver a España; con lo que ha pasado nuestros objetivos han cambiado y ahora lo primordial es ayudar a las personas y tenderles la mano".
Paola y María pueden seguir viviendo en la casa en la que ya residían porque "nuestro edificio no se ha derrumbado, habían hecho reformas hace poco y lo habían reforzado, se han producido alguna grietas, pero poco. Hay edificios cercanos como una mezquita que se ha derrumbado".
Paola pide que si alguien quiere ayudar que no mande dinero, "lo que se necesitan son mantas, ropa, hay mucha gente que ha perdido la casa y necesita ropa de abrigo porque hace mucho frío por la noche".
Las dos voluntarias, orgullosas de lo que estaban haciendo "trabajamos con niños y mujeres en exclusión enseñándoles inglés y labores sociales", van a seguir "nos queremos quedar ahora más que nunca".
Manuel, enfermero del 061 de Murcia: "Mucho caos, mucha destrucción"
Paola y María llevaban en Turquía tres meses cuando se produjo el terremoto, tras los fuertes seismo, bomberos, militares, sanitarios de toda Europa han viajado para ayudar a localizar a supervivientes. Sobre el terreno ya está desplegada la Unidad Militar de Emergencias y distintas unidades de bomberos de muchos puntos del país. Tienen un trabajo complicado, porque tienen que remover toneladas de escombros en tiempo récord, pero con sumo cuidado para intentar rescatar a las muchísimas personas que siguen atrapadas después de que sus casas se vinieran abajo.
Una de las ciudades donde están llevando a cabo esos trabajo es Elbistán, una ciudad muy afectada donde se encuentra el campamento de rescate y coordinación de Naciones Unidas. Dessde allí van distribuyendo a los diferentes profesionales en aquellos lugares donde más ayuda se necesite.
Sabemos que allí está trabjando Manuel Pardo, enfermero del 061 de Murcia que está colaborando con un grupo de bomberos. La mala cobertura en la zona y el frenético ritmo de trabajo han impedido a Manuel estar en directo en Mediodía COPE, pero ha dejado notas de audio en el WhastApp en las que deja claro que "no paran de trabajar, no tienen ni un momento de respiro, ni de día ni de noche, no han dormido de hecho porque su prioridad es ahora mismo rescatar el mayor número de supervivientes.
El grupo de bomberos con el que viajaba Manuel ha sido de las primeras unidades españolas en llegar a la zona del seísmo. Esta ciudad de Elbistán se encuentra muy cerca del lugar del epicentro y ahora mismo es una ruina, "está nevando las temperaturas son de -15º, -20º, hay muchas infraestructuras colapsadas, muchos edificios derrumbados" cuenta Manuel apesadumbrado que no puede olvidar la primera imagen que vieron al llegar, "nos encontramos mucho caos, mucha destrucción".
Naciones Unidas trabaja con la Policía turca para marcar las zonas donde hay que actuar primero. Una vez establecido ese lugar, se va rastreando muy despacio, presntando atención a cualquier sonido que pueda indicar que ahí debajo puede haber alguien.
Aunque trabaja con los bomberos, Manuel es enfermero y nos dice que una persona que se encuentre bajo los escombros es difícil que sobreviva más allá de 4 días. Por ello trabajan contrarreloj, "estamos verificando los edificios dónde puede haber personas atrapadas y si encontramos a alguna víctima, lo primero es tomar contacto con ella, apuntalar la zona para poder rescatarla. Los rescatadores son los que luego sacan a la persona y los sanitarios evalúan si hay que llevarla a un hospital"
De momento, más de 11 mil fallecidos, pero toda la zona afectada tiene una extensión de más de 100.000 kilómetros cuadrados, una superficie mayor que Andalucía. Nadie se atreve a cuantificar la magnitud de esta tragedia.