Empieza con 21 años en el restaurante de sus padres en Granada y, siete después, su vida da un vuelco: "Me marcó"
La historia de Andrea Martín es una de esas en las que se demuestra que el buen trabajo tiene reconocimiento y el gran talento que existe en la hostelería de este país

Carlos Moreno 'El Pulpo' cuenta la historia de Andrea Martín
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La historia de Andrea Martín es un claro ejemplo de cómo el esfuerzo, la dedicación y el talento pueden llevar a alguien a destacarse en el competitivo mundo de la hostelería. A sus 28 años, ha logrado posicionarse como una de las jefas de sala más prometedoras del país, recibiendo el reconocimiento por su habilidad para dirigir y perfeccionar el servicio en restaurantes. Andrea Martín ha sido galardonada con el II Premio Sala Revelación en la última edición de Madrid Fusión, un evento que resalta la importancia de la sala tanto como la cocina en la experiencia gastronómica.
De Granada a Madrid Fusión
La trayectoria de Andrea comienza en Granada, donde, a los 21 años, asumió las riendas del restaurante familiar, La Marquesina, en el Valle del Ecrin. En ese momento, la joven Andrea no sabía que este trabajo la llevaría a lo más alto de la gastronomía. En palabras de la propia Andrea: “Era más joven, más inexperta, pero tenía mucha gana e iba día a día aprendiendo todo, sobre todo mi padre Fernando Martín me enseñó esta profesión junto a mi hermana y mi madre también”. Este primer contacto con el mundo de la restauración le permitió entender desde el principio que el trabajo en sala es esencial para la experiencia completa del cliente.
A pesar de su juventud, Andrea nunca dejó de formarse. Realizó un grado en Turismo y, posteriormente, se especializó en Dirección de Sala, lo que le permitió combinar su experiencia práctica con una sólida base teórica. Durante este proceso, tuvo la oportunidad de trabajar con algunos de los chefs más destacados de España, como Dani García, Ángel León y Benito Gómez, dueño de los restaurantes Bardal y Tragatá. Según Andrea, su experiencia en estos lugares fue clave para alcanzar la calidad de servicio que hoy la define: “Si uno quiere y se lo propone y trabaja día a día, actualmente se puede llegar a donde uno quiera”.
Un trabajo centrado en la excelencia y el cliente
En el restaurante Tragatá, situado en Ronda (Málaga), Andrea Martín ha logrado llevar la sala a un nivel de excelencia que le ha valido el reconocimiento en Madrid Fusión. En su nueva etapa como jefa de sala, Andrea se enfrenta al reto de coordinar un equipo y ofrecer un servicio que cumpla con las expectativas de los clientes más exigentes. En sus propias palabras: “Nosotros nos encargamos desde que entra el comensal… hasta que sale, asegurándonos de que todo esté perfecto, desde la reserva hasta la factura”. Su lema es claro: lograr que cada cliente se vaya satisfecho. “Es un trabajo muy duro y sacrificado, pero la sensación de que los clientes se vayan satisfechos y muy contentos es algo que me hace sentir muy bien día a día”, destaca.

Andrea Martín con el II Premio Sala Revelación en la última edición de Madrid Fusión
Pero no todo es perfecto, como ella misma menciona, en la sala también hay que lidiar con clientes que pueden no estar de buen humor, lo que no es un reto para Andrea, quien siempre trata de “redirigir” la actitud del cliente con una sonrisa y un trato cercano, adaptándose a lo que en ese momento se requiera. “A veces, el cliente viene un poco ‘con el pie izquierdo’, y nosotros tenemos que hacer que su estancia sea lo más agradable posible”.
Un reconocimiento merecido
El II Premio Sala Revelación, entregado en la última edición de Madrid Fusión, no solo es un testimonio del esfuerzo de Andrea, sino también una llamada de atención sobre la creciente importancia de la sala en el mundo de la gastronomía. “Quiero dar las gracias por dar visibilidad a la sala”, expresó emocionada tras recibir el galardón. Este premio reconoce su habilidad para gestionar y perfeccionar el servicio, destacando la importancia de un servicio impecable que haga de la experiencia gastronómica algo memorable.

Andrea Martín en la puerta de Tragatá
Andrea Martín, con humildad y dedicación, ha demostrado que el trabajo en la sala no es solo una parte más del restaurante, sino un pilar fundamental para ofrecer una experiencia completa al comensal. Su historia es una inspiración para todos aquellos que, como ella, sueñan con hacer de su pasión una carrera exitosa.