Una experta señala el grave problema que supone que tus hijos se salten esta comida: "Les puede repercutir"
La falta de atención de los padres en muchas ocasiones por los problemas de conciliación lleva a que los niños no cumplan con todas las pautas de alimentación recomendadas
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Seguir la recomendación de realizar cinco comidas al día —desayuno, almuerzo, comida, merienda, cena— puede marcar una gran diferencia en la salud y el bienestar de los niños. La experta Nadia San Onofre le explica a Carlos Moreno 'El Pulpo' en Poniendo las Calles señala el grave problema que supone saltarse una para los más pequeños de la casa.
La alimentación equilibrada es crucial en la infancia, especialmente durante la etapa de crecimiento y desarrollo. Durante la infancia, los niños necesitan una variedad de nutrientes para su desarrollo físico y mental. Distribuir las comidas a lo largo del día ayuda a asegurar una ingesta adecuada de vitaminas, minerales y otros nutrientes esenciales.
Un buen desayuno y meriendas saludables pueden mejorar la concentración y el rendimiento académico. Los niños que se saltan comidas pueden experimentar falta de energía, lo que afecta su capacidad para aprender y retener información. Algo en lo que hace mucho hincapié Nadia San Onofre, profesora de Ciencias de Salud de la UOC.
Pero, sobre todo, comer cinco veces al día puede ayudar a regular el apetito y mantener un metabolismo activo. Saltarse comidas a menudo lleva a comer en exceso posteriormente, lo que puede contribuir al aumento de peso. Pero hay más razones que da la experta en Poniendo las Calles.
Tus hijos
Los niños que están acostumbrados a comer varias veces al día tienden a hacer elecciones alimenticias más conscientes. Saltarse comidas, aunque sea ocasionalmente, puede tener efectos negativos, especialmente en los más pequeños, sobre todo cuando están durante el curso con actividades escolares.
La falta de energía y nutrientes puede llevar a una disminución en la capacidad de atención y aprendizaje. Esto es especialmente preocupante en un ambiente escolar donde la concentración es clave. Además, la ausencia de comida puede afectar el estado de ánimo de los niños, provocando irritabilidad y cambios de humor.
Esto puede influir en sus interacciones sociales y en su capacidad para hacer frente a situaciones cotidianas. La alimentación irregular puede contribuir a trastornos alimentarios y a problemas metabólicos en el futuro. Es fundamental establecer patrones saludables desde una edad temprana.
Uno de los principales obstáculos que enfrentan las familias para cumplir con las cinco comidas al día es la falta de tiempo. La rutina diaria de trabajo y las actividades extracurriculares pueden dificultar la planificación y preparación de comidas adecuadas. A menudo, los padres se ven presionados a priorizar la rapidez sobre la calidad en la alimentación de sus hijos.
El grave problema
Por eso, Nadia San Onofre hace hincapié en "los niños tienen unas necesidades nutricionales muy específicas": "Por ejemplo, incluso su alimentación les puede repercutir en la concentración o en el rendimiento escolar". Por lo tanto, es importante poner el foco en qué comen los niños.
"Se sabe que tanto los almuerzos como las meriendas deben de ser momentos que nos ayuden a complementar el resto de nuestra dieta", defiende la experta en Poniendo las Calles, "es decir, sabemos más o menos lo que vamos a comer y lo que vamos a cenar, e incluso lo que desayunamos, pues por lo tanto sería introducir estos alimentos que nos faltan".