Una farmacéutica desvela el motivo por el que más le piden medicamentos sin receta: "El 30 por ciento de la gente"

La automedicación se ha convertido en una práctica común entre los españoles, a pesar de los riesgos que puede acarrear. En Poniendo las Calles, Ana Albertos, farmacéutica de Madrid, desveló detalles sobre los motivos por los cuales muchas personas se acercan a las farmacias a pedir medicamentos sin receta. Según sus palabras, hasta un 30% de los clientes en su establecimiento se automedican, lo que pone de relieve la extensión de esta práctica en la sociedad española.

El tema de la automedicación no es algo nuevo. De hecho, según las estadísticas, el 40% de la población española ha reconocido alguna vez haber tomado medicamentos sin consultar a un profesional de la salud. Este porcentaje se traduce en 4 de cada 10 españoles, y el perfil de quienes más recurren a este hábito es el de los jóvenes entre 18 y 25 años. Muchos de estos jóvenes toman medicamentos como paracetamol, ibuprofeno u otros analgésicos para aliviar síntomas de resfriados, dolores de cabeza o malestares leves, sin pasar por la consulta médica.

Ana Albertos, durante su intervención en Poniendo las Calles, destacó que su farmacia, que tiene un alto volumen de ventas de medicamentos sin receta, ve una gran cantidad de clientes que buscan estos productos. En su caso particular, mencionó que hasta un 30% de las personas que acuden a su farmacia piden medicamentos sin receta, lo que refleja la tendencia creciente de automedicarse.

“En una farmacia como la nuestra, que tiene un perfil de mucha venta libre, puede ser a lo mejor más de un 30% de la gente que viene a pedir medicamentos sin receta,” comentó Ana Albertos.

Una farmacéutica desvela el motivo

La farmacéutica también explicó que los medicamentos más solicitados dependen del perfil del cliente y su edad. En el caso de los jóvenes, los problemas más comunes son los relacionados con el malestar posterior a una noche de excesos, como dolores de cabeza o náuseas. También mencionó que los medicamentos para tratar el acné son bastante demandados entre este grupo, reflejando una preocupación frecuente por el cuidado de la piel.

Por otro lado, en el caso de las mujeres entre 30 y 50 años, los motivos de la automedicación son más variados. Ana Albertos comentó que, en esta franja de edad, los analgésicos son los medicamentos más solicitados, aunque también se observan peticiones relacionadas con síntomas leves, como resfriados, digestiones pesadas o problemas menores de la piel. En general, estos son productos de uso común, sin prescripción médica, que se utilizan para aliviar malestares cotidianos.

Aunque los medicamentos de venta libre son generalmente considerados seguros, la automedicación puede tener consecuencias negativas, especialmente si se hace de manera incorrecta o excesiva. La farmacéutica señaló que, aunque la mayoría de las personas que acuden a las farmacias para automedicarse lo hacen de manera razonable, hay ciertos peligros asociados.

El tomar varios fármacos a la vez, sin saber cómo interactúan entre sí, puede ser peligroso. Al automedicarse sin consultar a un profesional, es fácil que las personas confundan síntomas de enfermedades leves con problemas más graves. El uso indebido o prolongado de medicamentos como los analgésicos puede causar efectos secundarios no deseados, como daño renal o hepático.

medicamentos sin receta

El acceso fácil a medicamentos sin receta, combinado con una cultura de solución rápida para los malestares comunes, parece ser una de las principales razones por las que la automedicación es tan común. La gente busca alivio inmediato para sus problemas de salud menores y, a menudo, no ve la necesidad de consultar a un médico para algo que consideran una afección menor.

Ana Albertos también destacó que las farmacias pueden desempeñar un papel importante al educar a los consumidores sobre el uso adecuado de los medicamentos. Las farmacias de atención primaria tienen una oportunidad única de ofrecer asesoramiento personalizado y ayudar a los clientes a tomar decisiones informadas sobre su salud, en lugar de depender únicamente de lo que encuentran en las estanterías.