La fórmula de un médico para ponerte en forma física sin hacer una dieta muy estricta: "Debería de ser así"
El doctor Darío Fernández asegura que no solamente es posible este propósito tan habitual en este comienzo de 2025, sino que sería la norma
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A comienzos de cada año, es común que las personas se marquen como propósito mejorar su estado físico. Sin embargo, muchas veces la clave del éxito no radica en las dietas estrictas ni en los entrenamientos extenuantes, sino en un enfoque más equilibrado y saludable. El doctor Darío Fernández, médico y psicólogo clínico de la clínica Legazpi de Madrid, defiende una aproximación mucho más sensata y sostenible a la hora de ponerse en forma.
En Poniendo las Calles, el doctor Fernández abordó las inquietudes de muchos sobre cómo lograr una transformación física efectiva sin tener que someterse a restricciones alimenticias severas. En una charla con Roberto Pablo, Fernández dejó claro que no solo es posible conseguirlo, sino que "debería ser así".
A la pregunta de si es posible mejorar nuestra forma física sin someterse a una dieta estricta, el doctor Fernández no dudó en responder con rotundidad: "No solamente es posible, sino que es que debería ser así". Según él, el error más común es pensar que para conseguir un cuerpo en forma es necesario pasar hambre o seguir regímenes alimenticios rigurosos.
El mensaje de Fernández es claro: "Lo mejor es empezar poco a poco". Su recomendación es hacer deporte de manera progresiva, pero con regularidad, y asegurarse de mantener siempre una sensación moderada de hambre de deporte, es decir, no hacer un ejercicio tan intenso que nos lleve a agotarnos por completo, pero sí lo suficiente como para que el cuerpo se siga adaptando y mejorando. De esta forma, el proceso de transformación será más gradual, pero mucho más efectivo y sostenible.
La importancia de evitar el efecto rebote
Una de las grandes preocupaciones a la hora de seguir dietas estrictas es el conocido efecto rebote. Muchas personas, tras perder peso rápidamente con una dieta muy restrictiva, recuperan el peso perdido en poco tiempo, e incluso, en algunos casos, ganan más kilos de los que habían perdido inicialmente. Según Fernández, este fenómeno es consecuencia de someter al cuerpo a un estrés nutricional excesivo, lo que no permite una adaptación sostenible a largo plazo.
El doctor sugiere que, en lugar de seguir dietas estrictas, lo ideal es adoptar un enfoque más flexible y realista, y, en caso de necesitar ayuda profesional, "ponerse en manos de un nutricionista" que diseñe un plan alimenticio acorde a las necesidades personales de cada individuo. Este enfoque no solo es más saludable, sino que también es más probable que genere resultados duraderos.
Una de las advertencias que el doctor Fernández no dejó pasar fue la de tener especial precaución con aquellos que padecen enfermedades crónicas o condiciones como la diabetes. En estos casos, el control de la alimentación y el ejercicio debe ser mucho más personalizado y supervisado por profesionales médicos.
Según Fernández, "diabéticos y pacientes con enfermedades crónicas tienen que tener mucho cuidado", ya que no todas las pautas generales aplican para ellos. La clave en estos casos es un enfoque médico que tome en cuenta el estado de salud específico de cada persona.
Un camino hacia el bienestar
El planteamiento del doctor Darío Fernández, lejos de ser una receta milagrosa para la pérdida de peso o el cambio físico inmediato, se basa en un principio más sencillo: la importancia de la moderación, la progresividad y la personalización. Para el doctor, un enfoque saludable hacia el estado físico debe ser sostenible y adaptado a cada individuo, sin caer en los extremos de las dietas excesivamente estrictas que generan frustración o el temido efecto rebote.
Este enfoque más humano y accesible debería ser la norma, especialmente al inicio de un nuevo año, cuando los propósitos de mejora personal están más presentes que nunca. El objetivo, según Fernández, no es sufrir con la dieta ni someterse a un ejercicio extremo, sino aprender a escuchar al cuerpo y hacer las cosas con sensatez. Y, como él mismo dice: "Debería ser así".