El grave peligro de la aplicación que predice el día de tu muerte con inteligencia artificial: "La probabilidad"
Death Clock analizar datos personales como la edad, el historial médico, los hábitos de vida... Y cuando termina, pues nos da una fecha probable de fallecimiento
Publicado el
4 min lectura
En un mundo cada vez más dominado por la inteligencia artificial (IA), las aplicaciones que prometen realizar predicciones sobre diversos aspectos de nuestra vida no dejan de sorprendernos. Una de las más controversiales es Death Clock, una app que, utilizando algoritmos de IA, calcula la fecha aproximada de tu muerte. Aunque la idea de conocer la "probabilidad" de nuestro fallecimiento pueda sonar a ciencia ficción, lo cierto es que esta app ha causado gran revuelo por las implicaciones éticas, psicológicas y prácticas que plantea. En el programa Poniendo las Calles, el experto en tecnología Juan Diego Polo abordó los peligros y controversias que genera esta app, que ha dejado a muchos con más dudas que respuestas.
Death Clock utiliza la inteligencia artificial para analizar datos personales del usuario, tales como su edad, historial médico, hábitos de vida y otros factores como la actividad física, la dieta y las enfermedades previas. A través de una serie de preguntas, la aplicación recoge información y, basándose en algoritmos estadísticos, genera una fecha probable de fallecimiento. A partir de este cálculo, la app ofrece recomendaciones personalizadas para mejorar la salud, tales como cambios en la dieta, ejercicio o hábitos de vida, con el objetivo de prolongar la vida y "evitar" la fecha de muerte estimada.
Según Juan Diego Polo, esta aplicación ha comenzado a generar mucha controversia, ya que la precisión de sus predicciones es, en el mejor de los casos, cuestionable. La app no solo se limita a ofrecer una cifra matemática, sino que da recomendaciones para "prolongar" la vida según el análisis de los datos, lo que, en muchos casos, resulta más inquietante que útil.
El experto en tecnología pone de relieve los dos grandes problemas que plantea Death Clock: la precisión de las predicciones y el impacto psicológico que puede tener en los usuarios. Si bien la aplicación se basa en datos estadísticos, nadie, ni siquiera la IA más avanzada, puede predecir con certeza el día exacto de la muerte de una persona. Las estadísticas son solo eso, números basados en tendencias generales, y no tienen en cuenta factores imprevisibles como accidentes, cambios repentinos en la salud o incluso eventos emocionales que pueden afectar directamente nuestra esperanza de vida.
la aplicación que predice el día de tu muerte
De acuerdo con Polo, la precisión de las predicciones es una cuestión clave: “No sabemos hasta qué punto es preciso. Imagínate que a alguien le dicen que se va a morir en 5 años, ¿cómo afecta eso psicológicamente?” La idea de recibir una fecha aproximada puede generar angustia o ansiedad en aquellos que reciben resultados desfavorables, algo que, en muchos casos, podría afectar negativamente su bienestar mental.
El segundo gran riesgo que presenta esta aplicación es el impacto psicológico. Como señala Polo, el hecho de que una persona reciba una predicción sobre su muerte puede desencadenar una serie de reacciones emocionales muy complejas, desde ansiedad hasta depresión. Para algunas personas, conocer una fecha aproximada de su fallecimiento podría ser devastador, mientras que para otras, podría incluso llevar a una toma de decisiones errónea sobre su salud, como la toma de riesgos innecesarios por la desesperación de cambiar su destino.
Además, si la aplicación no proporciona recomendaciones adecuadas o tiene errores en sus cálculos, podría generar falsas expectativas en los usuarios, haciéndoles creer que están tomando medidas para prolongar su vida cuando, en realidad, se basan en predicciones inexactas.
Desde una perspectiva ética, la existencia de aplicaciones como Death Clock plantea serias interrogantes sobre hasta qué punto es adecuado jugar con la vida y la muerte de las personas de esta manera. Polo hace hincapié en el hecho de que, si bien la IA y los algoritmos de predicción tienen su valor en diversas áreas, la salud y el bienestar de una persona no deben ser sometidos a cálculos matemáticos que, en muchos casos, son estadísticas sin fundamento real.
con inteligencia artificial
"Son datos estadísticos, no magos", señala Polo. Nadie puede predecir con certeza la muerte de una persona. Las aplicaciones que prometen hacerlo, incluso cuando se basan en sofisticados algoritmos de inteligencia artificial, siguen siendo una falsa ilusión de control, lo que puede poner en riesgo la salud mental de los usuarios.
La disponibilidad de aplicaciones como Death Clock, aunque no está presente en todos los países, pone de manifiesto una tendencia peligrosa: la de convertir lo que es impredecible y natural, como la muerte, en algo cuantificable y "predecible". La preocupación sobre este tipo de aplicaciones radica en su capacidad para manipular a las personas, generando una falsa sensación de control y afectando sus decisiones personales basadas en predicciones científicas erróneas.