Una peluquera de Huesca decide volverse al pueblo y encuentra el mejor trabajo: "Como una amplia familia"

Sara aprovechó una oportunidad laboral que le abrieron los ayuntamientos de la comarca de Somontano y ahora ha encontrado la felicidad por los vecinos a los que trata

José Manuel Nieto

Publicado el

3 min lectura

      
      
             
      

La historia de Sara, una peluquera ambulante en la comarca de Somontano (Huesca), es un claro ejemplo de cómo las oportunidades laborales en las zonas rurales pueden transformar la vida de una persona y revitalizar comunidades que, a menudo, se sienten olvidadas. Su historia, contada en Poniendo las Calles, destaca cómo esta joven decidió regresar a su tierra natal y, gracias a una oportunidad abierta por los ayuntamientos de la comarca, ha logrado no solo encontrar estabilidad, sino también una fuente de felicidad y realización personal.

Sara había trabajado durante años en la ciudad, pero, como muchos jóvenes, sentía una desconexión con el lugar en el que vivía. "Me marché buscando algo más en la ciudad, pero me di cuenta de que lo que realmente quería era regresar a mi pueblo", cuenta. 

Así, cuando se presentó la posibilidad de ofrecer sus servicios de peluquería en los pueblos de la comarca de Somontano, Sara no dudó en aprovecharla. Los ayuntamientos locales decidieron apoyar la iniciativa de emprendedores que querían ofrecer servicios en localidades rurales donde, a menudo, no hay profesionales de la estética ni negocios cercanos a los que acudir.

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Viñedos de Somontano, Huesca, España

Este tipo de oportunidades han sido fundamentales para revitalizar los servicios básicos en estos pueblos que, de otro modo, quedarían desatendidos. Sara comenzó a recorrer las pequeñas aldeas de la comarca, ofreciendo cortes de cabello y otros servicios de peluquería a los vecinos. 

Decide volverse al pueblo

Lo que comenzó como una decisión profesional, pronto se convirtió en una verdadera vocación. La conexión con la gente y el agradecimiento de sus clientes fueron factores clave para que Sara se sintiera feliz con su decisión.

"Al principio, era algo que me daba miedo, porque en la ciudad todo es diferente, el trato es más impersonal. Pero en los pueblos, cada cliente es como parte de tu familia. La gente te abre las puertas de su casa, te cuenta sus historias, te ofrece café. He creado una gran familia", expresa emocionada.

      
      
             
      

Para ella, trabajar en estos pueblos no solo ha significado un trabajo, sino también una forma de contribuir al bienestar de los demás. "En los pueblos, a veces no hay muchas opciones, y que yo pueda darles ese servicio tan básico, pero tan necesario, me hace sentir muy bien", comenta Sara.

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Presa de Grado (Embalse de Grado), municipio de El Grado. Somontano de Barbastro, provincia de Huesca, Aragón, España

El modelo de negocio que ella representa es fundamental para muchas personas en estas zonas rurales, donde los recursos son limitados. La presencia de un profesional de la peluquería ambulante es un lujo al alcance de pocos, y para los vecinos, un bien indispensable. Además, la cercanía y la relación personal que se establece entre Sara y sus clientes hacen que el servicio sea aún más valioso.

Encuentra el mejor trabajo

La historia de Sara es también un testimonio de cómo los pueblos pequeños tienen mucho que ofrecer, no solo a sus habitantes, sino también a aquellos que se atreven a regresar y poner en marcha proyectos que beneficien a la comunidad. Gracias a su dedicación, la peluquera ha logrado establecerse como una figura querida en cada uno de los pueblos por los que pasa. "He encontrado mi lugar aquí", afirma, con una sonrisa que refleja la satisfacción de haber tomado la decisión correcta.

      
      
             
      

Al final, Sara se ha convertido en un claro ejemplo de cómo las oportunidades laborales en el ámbito rural, cuando se saben aprovechar, pueden cambiar la vida de las personas y ser la clave para que muchas comunidades sigan vivas y activas. Además de ofrecer un servicio esencial, Sara ha creado un lazo de amistad y apoyo con sus clientes, quienes ahora la consideran parte de su "gran familia".