La razón por la que Felipe VI nunca fue coronado como rey de España: desde los Reyes Católicos no se hace

El historiador José Luis Corral revela el detalle que hay detrás de este matiz que existe entre recibir la corona y ponérsela y quién fue el último en hacerlo en la historia

José Manuel NietoRedacción Poniendo Las Calles

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La coronación de un rey ha sido siempre un acto solemne y cargado de simbolismo. Sin embargo, en el caso de Felipe VI, el actual monarca de España, nunca se ha llevado a cabo este ritual, una tradición que quedó atrás con los Reyes Católicos. Para comprender las razones de esta curiosa ausencia de coronación, es necesario adentrarse en la historia medieval de la monarquía española y en los detalles detrás de los actos ceremoniales que marcaban la ascensión de un monarca al trono.

En Poniendo las Calles, el historiador José Luis Corral, catedrático de Historia Medieval, desvela un detalle que muchos desconocen sobre este asunto. Corral señala que la tradición de coronar a los reyes en España se perdió tras la unión dinástica de los Reyes Católicos en 1469. Aunque este acontecimiento marcó la unificación de los reinos de Castilla y Aragón, las costumbres de cada uno de esos reinos persistieron.

En un fascinante relato sobre la recreación histórica de la coronación de Fernando I de Aragón, que tuvo lugar en Zaragoza en 1414, Corral subraya cómo la ceremonia de coronación de los reyes medievales tenía un componente simbólico muy profundo. Esta ceremonia no solo era un acto religioso y político, sino que también ratificaba el linaje de la familia real como legítima gobernante de un reino. La coronación representaba la transferencia del poder y la autoridad del monarca sobre sus súbditos.

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Turistas contemplando la Corona de la Reina Isabel la Católica, Museo de la Capilla Real de la Catedral. Siglo XVI. Granada. Andalucía

En la Edad Media, la coronación de los reyes se llevaba a cabo en presencia de la alta jerarquía eclesiástica y se celebraba con grandes pompas. La ceremonia incluía la entrega de tres símbolos de poder: la espada, el orbe y el cetro. La espada representaba la justicia y la protección del reino, el orbe simbolizaba el dominio del monarca sobre el territorio, y el cetro era el bastón de mando, que reflejaba su autoridad para gobernar.

El fin de la coronación con los Reyes Católicos

José Luis Corral nos lleva a un momento crucial en la historia de Aragón. En el año 1068, Sancho Ramírez, el segundo rey de Aragón, se vio obligado a viajar a Roma para obtener la confirmación papal de su título. Esta visita se convertirá en el punto de partida para la tradición de las coronaciones en el Reino de Aragón, que continuó hasta principios del siglo XIV. Sin embargo, los reyes de Aragón, a partir de Pedro II, comenzaron a coronarse en Zaragoza en lugar de Roma, consolidando la autonomía de Aragón frente a la autoridad papal.

El cambio en la práctica de la coronación llegó con los Reyes Católicos. Isabel de Castilla y Fernando de Aragón, a pesar de su matrimonio, nunca fusionaron completamente sus reinos, ya que cada uno mantenía su sistema de gobierno, sus leyes y sus costumbres. La unión dinástica, sin embargo, acabó con la práctica de coronarse en Zaragoza, ya que ambos monarcas eran de la misma familia dinástica y, aunque coronados en sus respectivos reinos, ya no realizaron la misma ceremonia de coronación que los reyes de Aragón.

Desde entonces, los monarcas españoles dejaron de coronarse de la forma tradicional, aunque el acto de recibir la corona del reino seguía siendo una formalidad. En el caso de Felipe VI, la coronación como rey de España no ha tenido lugar, pues este tipo de ceremonias desapareció después de los Reyes Católicos. El monarca es proclamado rey y recibe la corona, pero la ceremonia ya no incluye el acto de colocarse la corona en la cabeza como se hacía en siglos pasados.

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Cristóbal Colón, en la corte de los Reyes Católicos

Un aspecto interesante que Corral destaca es que, incluso en la España moderna, los reyes no se coronan. Aunque la corona de España se encuentra en presencia del monarca durante los actos oficiales, como las Cortes Generales o en el Parlamento, nunca es colocada en la cabeza del rey por un tercero. El rey simplemente la recibe como símbolo de su soberanía, pero no como un acto físico que marque el momento de su ascensión al trono.

El último rey coronado

Este cambio de costumbres refleja la evolución de las monarquías europeas, que, a lo largo de los siglos, han ido abandonando muchos de los rituales medievales, adaptándose a nuevas realidades políticas y sociales.

El último monarca que recibió una coronación formal en el contexto de la monarquía española fue Carlos I, pero no como rey de España, sino como emperador del Sacro Imperio Romano Germánico. En 1531, Carlos I fue coronado en Bolonia, Italia, en una ceremonia fastuosa que, si bien incluía una coronación, lo hacía en su calidad de emperador, no como rey de España.

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