Un vecino de Córdoba explica el secreto para llegar a final de mes en su casa: "Mi señora, ministra de Economía"

Rafael, vigilante de seguridad, destaca en Poniendo las Calles que su familia con dos hijos que están en la universidad y opositan necesita, como mínimo, "2.000 euros para vivir"

Pasillo del supermercado Alcampo, Madrid, España
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Poniendo las Calles

Rafael, un oyente de Poniendo las Calles, cuenta su historia para ahorrar trabajando como vigilante nocturno

José Manuel Nieto

Publicado el

3 min lectura

En tiempos de incertidumbre económica, muchas familias buscan estrategias creativas para gestionar su presupuesto y llegar a fin de mes. Rafael, un vigilante de seguridad de Córdoba, ha encontrado un enfoque que le ha permitido mantener a flote su hogar, donde vive con su esposa y sus dos hijos, quienes actualmente están en la universidad y se preparan para oposiciones. 

En Poniendo las Calles, Rafael compartió su experiencia y los secretos de su economía familiar, ya que la situación económica de su familia es exigente. Con un ingreso mensual que no siempre es suficiente, señala que necesitan, como mínimo, 2.000 euros para cubrir sus gastos básicos.

Esta cifra incluye la alimentación y otros costos asociados a la vida diaria, un reto que muchas familias en España enfrentan. "No tenemos un sueldo muy grande los vigilantes", comenta Rafael, reflejando una realidad que muchos trabajadores en sectores similares conocen bien.

Los clientes compran en el supermercado Eroski de la localidad de Castro Urdiales, Cantabria, norte de España

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Los clientes compran en el supermercado Eroski de la localidad de Castro Urdiales, Cantabria, norte de España

A pesar de estas dificultades, Rafael considera a su esposa su "ministra de Economía". Esta broma subraya el papel fundamental que ella juega en la gestión del hogar. A través de la planificación y la organización, su esposa ha encontrado formas efectivas de estirar el presupuesto.

Un vecino de Córdoba

Pero la clave del éxito financiero de la familia, según Rafael, radica en un aspecto que a menudo se pasa por alto: "Aprovechar la comida". La filosofía se centra en el aprovechamiento al máximo de los recursos disponibles. En lugar de dejar que las sobras se desperdicien, él se asegura de que cada bocado cuente.

"Una gran manera de ahorrar es aprovechar la comida", enfatiza. Esta práctica no solo es económica, sino que también contribuye a una menor huella ecológica, algo que muchas familias están tratando de considerar en sus hábitos diarios. Rafael explica que, durante sus noches de trabajo protegiendo las líneas de alta velocidad en Córdoba, suele llevarse la comida que sobra de casa.

En lugar de comprar comida rápida o cenas costosas, opta por los platillos que su familia ya ha preparado. "Me echo la comida que sobra en casa", dice, revelando una estrategia sencilla pero efectiva. Este enfoque no solo le ahorra dinero, sino que también le permite disfrutar de una comida casera, que es generalmente más saludable que muchas opciones de comida rápida.

Supermercado Gente del mercado comprando pescado en Palma de Mallorca, Mallorca, Baleares, España

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Supermercado Gente del mercado comprando pescado en Palma de Mallorca, Mallorca, Baleares, España

La historia de Rafael resuena con muchas familias que luchan por equilibrar el presupuesto en un entorno económico desafiante. Su experiencia destaca la importancia de la creatividad y la planificación en la vida diaria. Al aprovechar al máximo lo que ya tienen, no solo ahorran dinero, sino que también fomentan una cultura de responsabilidad y sostenibilidad en su hogar.

El secreto para llegar a final de mes

Además, el testimonio de Rafael puede servir de inspiración para otros. Muchos pueden pensar que ahorrar dinero en la comida implica sacrificar calidad o sabor, pero él demuestra que esto no tiene que ser así. La cocina en casa puede ser una experiencia gratificante y deliciosa, especialmente cuando se involucra a toda la familia en la planificación y preparación de las comidas.

La historia de Rafael y su enfoque pragmático hacia el ahorro es un recordatorio de que, a veces, las soluciones más efectivas son las más simples. En un mundo donde la presión financiera puede ser abrumadora, la gestión inteligente de los recursos puede marcar la diferencia.