Científicos aclaran la relación entre la contaminación y el autismo: "Tanto a la madre en el embarazo como al niño"

La contaminación, un fenómeno que afecta a todos los seres vivos de manera directa e indirecta, se ha convertido en un tema crucial en la actualidad, especialmente cuando se habla de sus efectos sobre la salud. Un nuevo estudio científico ha generado inquietud al vincular la contaminación ambiental con trastornos del desarrollo, como el autismo. En una entrevista en el programa Poniendo las Calles de la Cadena COPE, el científico del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y profesor de Ecología en la Universidad Rey Juan Carlos, Fernando Valladares, ha explicado los posibles mecanismos detrás de esta relación.

La contaminación y sus efectos

En los últimos años, los estudios han mostrado un aumento significativo en los casos de trastornos del espectro autista (TEA), especialmente en países como Estados Unidos. Según Valladares, la prevalencia del autismo ha aumentado un 300% en las últimas dos décadas, pasando de un caso por cada 150 niños a uno por cada 36. Este incremento no solo se debe a un mejor diagnóstico, sino también a factores ambientales que están afectando el desarrollo neurobiológico de los más pequeños.

Uno de los aspectos más sorprendentes es cómo la contaminación y otros problemas ambientales pueden impactar en nuestro sistema cognitivo y emocional"

Fernando Valladares

Científico del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y profesor de Ecología en la Universidad Rey Juan Carlos

"Uno de los aspectos más sorprendentes es cómo la contaminación y otros problemas ambientales pueden impactar en nuestro sistema cognitivo y emocional. Sabemos que la contaminación puede causar problemas respiratorios, pero lo que está emergiendo ahora es que tiene efectos mucho más profundos", explicó Valladares. Esto implica que los niños, en particular, son vulnerables a los efectos de la contaminación durante las etapas más críticas de su desarrollo, tanto en el embarazo como en sus primeros años de vida.

El cóctel de contaminantes

El principal problema radica en la exposición a lo que se conocen como "disruptores endocrinos", sustancias químicas que alteran el funcionamiento del sistema endocrino, imitando o interfiriendo con las hormonas naturales del cuerpo. Estos disruptores se encuentran en una gran cantidad de productos de uso diario, como plásticos, productos cosméticos y alimentos envasados, entre otros.

Valladares señaló que "los disruptores endocrinos están en todo tipo de cosas: desde los plásticos hasta los billetes térmicos que recibimos al comprar. Estas sustancias químicas no solo se absorben a través de la piel, sino que también las respiramos y las ingerimos". La presencia de plásticos en los organismos humanos es tan común que, según un estudio reciente, el 100% de los niños españoles excreta plásticos en su orina, lo que pone de manifiesto el nivel de exposición constante al que estamos sometidos.

"Los niños y los fetos son particularmente vulnerables a estas sustancias debido a que su sistema nervioso y sus tejidos se están formando activamente. Es en este período cuando los efectos de estos contaminantes pueden tener consecuencias graves y duraderas", agregó Valladares. Esta exposición prolongada a contaminantes puede generar alteraciones en el desarrollo neurobiológico de los niños, manifestándose en trastornos como el autismo, el TDAH (trastorno por déficit de atención e hiperactividad), entre otros.

Soluciones a los problemas ambientales

A pesar de los avances en la investigación sobre los efectos de la contaminación en la salud humana, todavía queda mucho por comprender. La relación entre los contaminantes ambientales y el aumento de trastornos como el autismo es compleja y multifactorial. Como destacó Valladares, no existe un solo factor que explique el aumento de estos trastornos, sino un cóctel de múltiples contaminantes que afectan a la madre durante el embarazo y al niño en su desarrollo.

"La solución es compleja porque hablamos de muchas moléculas y muchos procesos que liberan sustancias al medio ambiente. Lo primero es entender que nuestro modo de vida, en general, está atentando contra nuestra salud", dijo el científico. En este contexto, Valladares hizo un llamado a la conciencia colectiva: "Debemos ser más conscientes de los impactos acumulativos de los productos químicos que usamos en nuestro día a día. Es necesario cambiar nuestra forma de vida para proteger a las generaciones futuras".

La relación entre la contaminación y trastornos como el autismo es una preocupación creciente que necesita ser abordada con urgencia. Aunque aún queda mucho por investigar, está claro que los contaminantes ambientales, como los disruptores endocrinos y los plásticos, están afectando de manera significativa la salud de nuestros niños. Es fundamental que, como sociedad, tomemos conciencia de los riesgos que enfrentamos y busquemos soluciones para reducir la exposición a estos peligros, protegiendo así a las generaciones venideras.