Francisco, el ponedor sintecho: "Me quemaron la cabaña y me dieron una paliza"
Un oyente de 'Poniendo las calles' le cuenta al Pulpo en directo cómo es su vida en sin hogar
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Se llama Francisco, tiene 54 años. Es de lo poco que tiene, porque vive en la calle. En concreto, en Alhaurín El Grande. También tiene una radio. Se la regaló "un chaval que me conoció en la calle", cuenta en 'Poniendo las Calles'. Porque Francisco es ponedor, y escucha su transistor hasta que cae "rendido" y puede dormir, normalmente al amanecer.
ESCUCHA LA LLAMADA DE FRANCISCO A 'PONIENDO LAS CALLES'
En el programa, al que ha llamado como lo hacen los oyentes todos los días, ha contado su historia: "Me falló todo: yo mismo ante mi familia, ante mis amigos, ante el trabajo y ante mí. Fallé yo. Tuve problemas con un socio, con el alcohol, aunque ahora ya no bebo. Poco a poco, a ver si puedo salir de aquí, pero nadie me tiende una buena mano", se ha lamentado.
De su familia no sabe nada. "No quiere saber nada de mí", dice. "Me cuido yo solo. Hay gente del pueblo que me suele ayudar con comida, con un poco de ropa o solamente con decirme “Hola Paco”. Hay chiquillos que con su simple abrazo me dan todo", explica, emocionado.
Francisco, o Paco, empezó desde muy joven trabajando en la construcción. Después ha sido sepulturero y militar, hasta que todo falló. "No he cotizado nada, no tengo para poder pedir una ayuda, no tengo nada. Hay veces que voy a los asistentes sociales y me dan la espalda", indica.
Ahora duerme en una tienda de campaña que le dio un vecino del pueblo. "Es mi rincón donde suelo escribir lo que me ocurre en el día, a veces pinto, a veces me doy de cabebazos contra la pared...", señala Francisco. Sobrevive allí, se encontró su anterior cabaña quemada. "Me quemaron la cabaña que tenía con todas mis cosas dentro, con lo poco que tenía de mi familia, con mis documentos, todo me lo quemaron". El teléfono desde el que llama al programa también es un regalo de un vecino de Alhaurín El Grande.
Por si fuera poco, el asunto fue a más: "Al mes fui a ver si limpiaba aquello y volvía a montarla, y llegaron unos gamberros y me dieron una paliza, me han han hecho daño en la rodilla, tengo la cadera medio salida y la cabeza medio abierta. Voy con un bastón, cojeando".
Francisco pide ayuda para comer y un puesto de trabajo. Pero antes que eso, pide "que no nos juzguen nada más que por la apariencia o por cómo vamos vestidos, por cómo hablemos. No queremos estar en la calle y tenemos que estar a la fuerza".
Paco ayudará a Francisco
Una hora después de la llamada de Francisco lo ha hecho Paco desde Totana (Murcia). En ese tiempo había hablado con el sintecho -el programa ha recibido muchas llamadas interesándose por él-, y va a ir a buscarle esta misma mañana de jueves para llevárselo a su casa. Porque Paco conoce bien historias como la de Francisco, al vivir en sus propias carnes una adicción a la cocaína. Gracias a su familia consiguió salir y ahora trabaja como ganadero junto a su hermano. Un futuro posible, ojalá, para Francisco.