Un investigador del CSIC aclara si realmente tiene sentido prohibir las patatas fritas con sabor a jamón
Alfonso Carrascosa, investigador del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, explica en COPE qué llevan realmente esas patatas y los efectos en quienes las comen
Publicado el - Actualizado
3 min lectura
En Poniendo las Calles ponemos luz sobre la última prohibición en materia de alimentación. Las patatas fritas con sabor a jamón han sido prohibidas. Pero, ¿ocurrirá con todas? ¿Podrán hacer unas nuevas sin los aditivos que generan los problemas por los que se retiran? Alfonso Carrascosa, investigador del CSIC y experto en seguridad alimentaria, lo explica.
En principio, estos aditivos tienen una característica que es "la de ser potenciales genotóxicos": "Es una toxicidad que puede afectar al material genético y que puede, por ejemplo, ocasionar mutaciones. O lo que es lo mismo, cambios en la secuencia de nucleótidos que después va a pasar a ser una proteína total".
El investigador del CSIC destaca en Poniendo las Calles que "puede producir la aparición de proteínas no idóneas para la salud, algunas de las cuales incluso pueden recibir el calificativo de carcinógenas", o lo que es lo mismo, "potenciales productoras de cáncer": "En un espacio alimentario como el europeo, que es el más seguro del mundo, se mira mucho".
Alfonso Carrascosa aclara que "lo que se va es a retirar el conjunto de aditivos de humo que no superen y no aporten pruebas de ser absolutamente no dañinos": "Algunos otros alimentos más que este, o bien dejen de fabricarse o bien dejen de recibir estos aditivos porque se van a prohibir los aditivos relacionados con el humo".
Estas patatas fritas
El experto en seguridad alimentaria deja claro en Poniendo las Calles que "seguramente existan en el mercado patatas que se puedan seguir ingiriendo" y que "la gente no crea que porque ayer se comieron unas patatas de estas que tienen estas sustancias ahumadas, mañana van a tener un cáncer, porque no es así".
"No se ha demostrado inequívocamente, pero existe un riesgo potencial", señala Alfonso Carrascosa. Además, otro motivo de tranquilidad hacia el asunto es el hecho de que "para que esas sustancias potencialmente cancerígenas produzcan ese efecto tienen que ingerirse a partir de unas concentraciones muy superiores a las que están presentes en los alimentos".
Para el investigador del CSIC, la buena noticia de esta prohibición no se centra en la retirada de las patatas fritas, sino en que "el sistema de seguridad que tenemos cumple su función, que es la de minimizar las cosas que pueden dañarnos y su presencia en los alimentos".
Los organismos "están pendientes y cuando tienen evidencias, habiendo alternativas, sabiendo que estos aditivos contienen sustancias, aunque no vayan a ser consumidos en la concentración dañina, aunque no haya más que un riesgo potencial, para qué lo vamos a seguir usando".
Qué pasa si las comes
Alfonso Carrascosa asegura que "no todas las patatas de jamón van a ser prohibidas": "Solamente aquellas que tuvieran estas sustancias adicionales, que compartimos una media docena de las decenas que hay y que, por lo tanto, van a tener un efecto en el mercado bastante menos contundente".
Lo más importante para él es que "haya un mínimo diálogo en torno al tema para que la gente no se ponga nerviosa" al ver una noticia de este tipo. Así que seguramente no dejes de ver en el supermercado patatas con sabor a jamón, solo tendrán que cambiar su elaboración. Algunas que probablemente hayas consumido sí dejarán los estantes.