Costillas y piernas rotas, brechas en la cabeza y otras agresiones: “En el metro están pasando burradas”
Los profesionales se quejan de que el personal de seguridad en el suburbano barcelonés ha disminuido aproximadamente en un 50 %
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Tras constatar el auge de las patrullas ciudadanas cazacarteristas en el metro de Barcelona, en Crimen y castigo hemos hablado con Nacho Arroyo, secretario de Organización del Sindicato Profesional de Seguridad. Comprendre la postura de estos grupos pero asegura que “crean más conflictos que otra cosa" y que "están sobrepasando la ley constantemente". En este sentido, explica que estas patrullas “sí podrían actuar cuando ven que un carterista sustrae una cartera pero están actuando antes de que ocurra nada, algo que no pueden hacer”. Asimismo, añade que esta actividad “conlleva que se creen peleas y que se agraven los problemas en el metro”. Y es que, según Arroyo, “el metro es actualmente el servicio con más dificultades de los vigilantes”.
Aclara que, según la reglamentación, los profesionales encargados de la seguridad en el metro tendrían que retener a los integrantes de estas patrullas. En algunos casos, afirma que “ha habido peleas” y que “se ponen en peligro a ellos mismos y al resto de usuarios que están en el metro”.
Tiene muy claro quiénes son los responsables de la situación en el metro: “Quien tiene la culpa de esto es Transportes Metropolitanos de Barcelona (TMB), que a su vez pertenece o está regulado por el Ayuntamiento de Barcelona, entre otras entidades”. Revela que “ha habido un cambio en la política de seguridad tanto en la ciudad como en los transportes públicos”. Explica que TMB ha reducido el personal de seguridad y, además, en los últimos años el suburbano ha crecido sin hacer nuevas contrataciones en este ámbito. Denuncia que muchas veces los vigilantes están solos, que no van en pareja, y que la situación se agrava porque, tanto los Mossos d’Esquadra como la Guardia Urbana, también tienen limitado su personal. Calcula que “la seguridad en el transporte público ha disminuido alrededor de un 50 %”.
Ante sus reivindicaciones, Arroyo denuncia que tanto TMB como el consistorio de la capital catalana se niegan a escucharlos. Por estas razones, confiesa: “Con la fauna y la jungla que hay en el metro actualmente, entiendo que se creen estos grupos, aunque como sector no lo puedo apoyar”. Lo comprendre porque “TMB y las personas responsables no dan respuesta”.
La situación, según el secretario de Organización del Sindicato Profesional de Seguridad, ha empeorado mucho en los últimos dos años, aunque han sido los últimos seis cuando se ha ido agravando. Lamenta que "hay burradas de cosas que están pasando en el metro y que TMB no está solucionando”, y lo especifica: “Hemos tenido compañeros que han sido agredido con botellas, puñales, piedras… Y les han roto las costillas o las piernas, les han hecho brechas en la cabeza… Todo tipo de agresiones”.