Copa del rey | vuelta semifinales
Rüdiger da al Real Madrid el pase a la final de la Copa del Rey en la prórroga
Partidazo que tuvo que llegar a la prórroga para que el Real Madrid consiguiera la victoria (4-4). Se medirá al ganador del Atlético de Madrid - Barcelona en la final el 26 de abril.

Finalizado
Rüdiger celebra el gol de la victoria del Real Madrid contra la Real Sociedad
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Sigue a través de nuestro streaming de audio en Tiempo de Juego el partido entre el Real Madrid y el Atlético de Madrid, ida de los octavos de final de la Champios League.
En el partido hubo dos jugadas polémicas, una para cada equipo. La primera fue al final de la primera parte en la que Kubo pidió penalti por un agarrón de Vinicius, mientras que la otra llegó en la segunda parte con una manotazo de Remiro a Bellingham dentro del área en una disputa por el balón,
El Real Madrid regresa dos años después a la final de la Copa del Rey, tras un duelo con clásico sabor copero, instalado en la locura por su falta de autoridad, respondiendo a los golpes de la Real Sociedad hasta dejar escapar el pase en el último suspiro, en el minuto 93 con el gol de Oyarzabal, y encontrarlo en la prórroga con un testarazo salvador de Antonio Rüdiger.
Sin necesidad de lucir un fútbol brillante, amparado en la épica tras un nuevo susto, decidiendo desde la calidad individual de sus estrellas, el Real Madrid es finalista de Copa. Incapaz de sostener un debate futbolístico al momento del Barcelona desde la belleza colectiva del juego, pero a la altura en eficacia. El equipo de Carlo Ancelotti llega con vida en todos los grandes torneos a la recta final de curso. Y acostumbra a ganar la mayoría de finales que disputa.
Siempre fue la Copa del Rey al que menor importancia concede (dos conquistas en la última década), pero encontró buenos resultados en las rotaciones de Ancelotti en una competición que pone en valor la figura de Endrick. Cinco tantos en cinco partidos. Decisivo en la semifinal ante la Real Sociedad, marcando en el Reale Arena el tanto del triunfo y sacando del primer apuro al Real Madrid cuando se le torcía la noche antes de ser despedido con la afición en pie por primera vez.
Ya no es cuestión de elegir partidos por su dimensión. Los mismos síntomas ligueros madridistas del Leganés se repitieron de inicio a puertas de una final. Sólo las ganas de Endrick estaban a la altura de una cita a la que sí concedió importancia la Real Sociedad. Con su mejor once Imanol Alguacil y un ataque que encontraría la forma de mostrar las carencias de una defensa experimental de 'Carletto'.
Sabe el italiano que va muy justo en el lateral derecho pero ubicó a Fede Valverde en el centro del campo y Alguacil atacó con descaro la zona de Lucas Vázquez. Por ahí rompió el partido. Un primer centro de peligro que detuvo Lunin, un disparo desviado de Sucic y la acción del tanto que igualaba la eliminatoria.
Había inventado una genialidad Endrick aliando su espíritu combativo al descaro. Peleó por un balón en largo con bote mal medido por Zubeldia, ganó el cuerpeo, mató el balón llovido con el pecho y dibujó una chilena de zurda, ante dos rivales, que se marchó rozando el poste. Dos chispazos, sumando un disparo cruzado en el único tiro afinado de Vinícius que sacó Remiro, precedieron el castigo al mal posicionamiento defensivo.
Lucas Vázquez quiso tapar la mala ubicación de los centrales y quedó a medio camino. No llegó al balón peinado por Pablo Marín y dejó toda su banda libre para la carrera de Barrenetxea. Sin oposición alguna, superó con facilidad por abajo a Lunin. Eliminatoria igualada en 16 minutos. El Real Madrid debía responder sin Mbappé, reservado en el banquillo.
Es el momento en el que todas las miradas se dirigen en la búsqueda de un referente, Vinícius, que ha perdido el gol (un tanto en nueve partidos). De lo que nunca se le podrá acusar es de falta de personalidad. Lo intentó siempre mientras el Real Madrid buscaba dar sentido a su juego, sin fluidez en la pareja Tchouaméni-Fede Valverde en el centro del campo, encontrando la luz cada vez que entraba en contacto con el balón Bellingham.
La Real Sociedad se sintió con confianza, fiel a la filosofía de su técnico fue arriba a la presión y esos riesgos suelen costar caros ante un equipo que explota a la perfección la velocidad de sus atacantes en transición. Perdió por lesión a uno de sus pilares, el central Aguerd, y tres minutos después recibió un duro castigo. La imaginación de 'Vini' para diseñar, pegado a la cal, un pase perfecto al espacio a la velocidad de Endrick. Ganó la espalda a los centrales y definió con tranquilidad, suave y picado a la salida de Remiro.
El castigo exigía un paso más a la Real Sociedad. Pese a sus buenas sensaciones no había vuelto a probar a Lunin. Bellingham ya se había adueñado del partido con sus controles imposibles y carreras elegantes. Debía sostener el pequeño arreón madridista que no encontraba la puntería de Vinícius ni de Endrick.
Tampoco en la reanudación antes de que el partido enloqueciera, cuando Rodrygo acarició un gol olímpico que evitó Remiro sobre la línea. Era el momento de buscar la gloria para la Real. Dar un paso al frente y no quedarse sin intentarlo. Aumentó la sensación de inseguridad madridista desde una perdida de Camavinga en uno de esos balones prohibidos jugando de lateral, horizontales cruzando la defensa, que pudo costar caro.
Un disparo de Zubimendi desviado por Asencio y otro, tras córner salvado por una buena estirada de Lunin cuyo rechace mandó Oyarzabal a la grada, con poco angulo, daban forma al aviso de lo que estaba por llegar. Un festival goleador en 18 minutos, un intercambio de golpes espectacular, digno de un partido copero que convirtió el duelo en una moneda al aire.
En ocho minutos, entre el 72 que Pablo Marín exhibía velocidad en la banda de Camavinga, apuraba línea de fondo y se aliaba con Alaba, que mandaba dentro de su portería el centro tenso, y el 80, cuando de nuevo aparecían los dos mismos protagonistas en la foto, Camavinga superado por Kubo y Alaba, que desviada un disparo de Oyarzabal y lo convertía en imposible para Lunin, la Real Sociedad remontaba la eliminatoria.
El Real Madrid entraba en el terreno del que es especialista. El de la épica. Cuando el fútbol abandona cualquier acadamecismo y se impone la supervivencia. El momento de locura donde sale a relucir el descaro. Es ahí donde siempre hay que contar con Vinícius. Lo pudo sentar antes Ancelotti por desacierto y sacó rédito a su apuesta cuando el brasileño levantó de la lona a su equipo con una jugada con su sello inconfundible. Desafiando a todos por su banda y poniendo el balón medido a la llegada de segunda línea de Bellingham.
El 2-3 se enlazaría en menos de cuatro minutos con el empate, desperdiciando entre medias 'Vini' un mano a mano con Remiro para hacer su gol, explotando el potencial aéreo de Tchouaméni en un saque de esquina en el minuto 86 que debía cerrar la semifinal. Nada más lejos de la realidad.
La voluntad de la Real de morir en área rival encontró el premio en el añadido. Otra vez superado Camavinga, una falta que precedió el golpeo de Sergio Gómez, el fallo grave de Lunin al medir mal en su vuelo y el cabezazo milagroso de Oyarzabal. Minuto 93, todo destinado a una prórroga que casi evitó Bellingham, calcando la acción de su gol. A centro de Vinícius, topándose en esta ocasión con una buena mano de Remiro.
Las fuerzas flaqueaban en una nueva prórroga evitable en un calendario tan cargado. Le sirvió al Real Madrid para sacar partido de su mayor profundidad de banquillo. Mientras la Real perdía extasiados a Kubo y Oyarzabal, el Real Madrid ganaba con frescura a Brahim o Güler. Vinícius seguía con su particular guerra y Mbappé era el que más rondaba el gol. Un disparo al lateral de la red y un cabezazo eran los intentos de la primera parte.
Se ganó por insistencia el pase a la final el Real Madrid ante una Real Sociedad desfondada. Lo buscó hasta que lo encontró en el 115. Con el saque de esquina de Güler y el testarazo al primer palo de Rüdiger para dar el pase a una final en la que ya espera al Atlético de Madrid o el Barcelona.
ficha del partido
Real Madrid: Lunin; Lucas Vázquez (Modric, m.79), Asencio (Güler, m.106), Alaba (Rüdiger, m.91), Camavinga (Fran García, m.91); Tchouaméni, Fede Valverde, Bellingham; Rodrygo (Brahim, m.106), Vinícius y Endrick (Mbappé, m.66).
Real Sociedad: Remiro; Aramburu (Traoré, m.80), Zubeldia, Aguerd (Elustondo, m.27), Aihen Muñoz; Zubimendi, Pablo Marín (Olasagasti, m.91), Sucic; Kubo (Mariezkurrena, m.106), Barrenetxea (Sergio Gómez, m.68) y Oyarzabal (Óskarsson, m.106).
Goles: 0-1, m.16: Barrenetxea. 1-1, m.30: Endrick. 1-2, m.72: Alaba en propia puerta. 1-3, m.80: Oyarzabal. 2-3, m.82: Bellingham. 3-3, m.86: Tchouaméni. 3-4, m.93: Oyarzabal. 4-4, m.115: Rüdiger.
Árbitro: Alberola Rojas (Comité Castilla-La Mancha). Mostró tarjeta amarilla a Camavinga (92) por el Real Madrid; y a Aramburu (74), Javi López (87), Oyarzabal (87) y Olasagasti (107) por la Real Sociedad.
Incidencias: partido de vuelta de las semifinales de la Copa del Rey, disputado en el estadio Santiago Bernabéu ante 77.450 espectadores. Se guardó un minuto de silencio en memoria de cinco mineros fallecidos en Cerredo (Asturias).