El increíble fallo de Darwin Núñez que puede valer una Premier: Había un 89% de posibilidades de hacer gol

El Liverpool no pudo (2-2) con el Aston Villa este miércoles en la adelantada jornada 29 de la Premier League, con lo que firmó su segundo empate en los últimos tres partidos para dar otro poco de vida al Arsenal en la lucha por la liga inglesa.

El líder confirmó la dificultad de ganar en Villa Park, donde los de Unai Emery solo han perdido un partido en lo que va de temporada, a pesar de ponerse por delante gracias Mohamed Salah. El ariete egipcio, máximo goleador de la Premier con 24 tantos, aprovechó un grave error del defensa español Andrés García.

Sin embargo, los locales respondieron con dos zarpazos aún en el primer tiempo, dos balones al área donde tampoco estuvo fino el equipo 'red', con el 1-1 de Youri Tielemans y el 2-1 de Ollie Watkins, un cabezazo en el descuento. Tras el paso por vestuarios, los de Arne Slot subieron el ritmo de juego y la verticalidad y no tardaron en rondar el gol por medio de Diogo Jota.

Trent Alexander-Arnold fue quien firmó el 2-2, pero los cambios visitantes no terminaron de culminar la remontada. Darwin Núñez perdonó el tercero y el Villa apretó en la recta final, gozando también de ocasiones, incluida la última sobre la bocina de Donyell Malen en un disparo raso que rozó el poste.

Precisamente la jugada del uruguayo es la que ha quedado en las retinas de los aficionados tras el partido. Transcurría el minuto 23 del segundo tiempo cuando Dominik Szoboszlai dejó a Núñez solo, absolutamente solo frente a la portería. Sin embargo, el atacante terminó enviando el balón a la grada a pesar de que tenía toda la portería a su disposición y unas opciones de gol, según la tecnología del 89%. 

Arne Slot no se contuvo, se agarró la cabeza con las manos, luego se tapó la boca y terminó por preguntarle al cuarto árbitro si había habido fuera de juego. La respuesta fue un no. Tras las críticas que está recibiendo el charrúa ha tenido que escribir un mensaje en sus redes sociales: "Ni fui el mejor hace tres semanas ni soy el peor ahora. Si me caigo, me levanto. Nunca me van a ver bajar los brazos. Voy a dejar todo hasta el último día que me toque estar acá en Liverpool".