EN EL BERNABÉU
La intrahistoria del concierto de Taylor Swift: Un show increíble que despertó las quejas vecinales
La artista estadounidense plasmó todo lo que puede hacerse con el nuevo estadio blanco en materia musical, pero volvió a desatar las quejas de algunos vecinos del Bernabéu.
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Como de las beatíficas visitas papales o de aquel mítico primer concierto de los Stones en Madrid en 1982, así probablemente hablará toda una generación de la llegada a la ciudad de Taylor Swift en su jet privado con la gira que ha roto los registros de taquilla mundiales, 'The Eras Tour'.
El renovado estadio Santiago Bernabéu, a pesar de las vallas de obra que aún perduran en el exterior, se vistió de gala este miércoles para su estreno como templo de grandes citas musicales ante 65.000 personas (y otras tantas este próximo jueves), como ha confirmado la propia artista.
Pese a la fugacidad de la industria musical actual, al menos en mayo de 2024 la estadounidense se ha confirmado como uno de los escasos artistas de la generación milenial capaz de levantar el fervor mastodóntico de las viejas leyendas, así como de convocar a rostros famosos como los de Aitana, Blake Lively o Ryan Reynolds.
Había ambiente de fiesta y de ocasión única en el entorno del estadio desde bastante antes del inicio, con muchos extranjeros y seguidoras pertrechadas a 34 grados de temperatura con lentejuelas y toda la iconografía de la artista, incluso con camisetas del equipo de rugby de Travis Kelce, su actual pareja.
Con accesos fáciles y rápidos, el Bernabéu lucía casi lleno para la actuación de los teloneros, los estadounidense Paramore, que no recalaban en Madrid desde 2011, el mismo año de la hasta ahora única actuación de Swift en el país bajo un estatus muy diferente: solo 4.000 personas acudieron entonces a su llamado.
Aún con precios altos que en algunos tickets VIP llegaron a cerca de 600 euros, sin ni siquiera opciónde comprar de reventa en webs, más de 65.000 almas han disfrutado de más de tres horas con 45 canciones y tantos cambios de vestuario como etapas discográficas ha tejido la protagonista desde su segundo LP, 'Fearless' (2008).
"¡Encantada de conoceros!", ha dicho en español al plantarse sobre el escenario ante un público cuya entrega ha reconocido inmediatamente. "¡Vaya manera de cantar y bailar, qué buena forma de empezar!", ha exclamado tras el consabido pero no por ello menos celebrado inicio con 'Miss Americana' y 'Cruel Summer'.
Igualmente conocido y aún así colosal es el despliegue de producción, con un enorme pantallón que cubre una grada entera, la pasarela hasta el fondo de la pista, el podio ondulante, sus seis músicos y cuatro coristas, la quincena de bailarines, las pulseras de led y las múltiples trampillas por las que Swift aparece y desaparece. También la acústica del Bernabéu respondió satisfactoriamente y que dejó ensimismada a la estrella.
La locura de Taylor Swift
Miles de fans hicieron cola durante horas en los aledaños del Santiago Bernabéu para ver a la gran estrella actual de la música. El Real Madrid sacó tajada económica de ello vendiendo en su tienda oficial del estadio el merchandising de Taylor Swift y llevándose un gran pellizco por ello. La acústica fue perfecta y el estadio mostró todas sus posibilidades para convertirse en una referencia y parada obligatoria para las grandes giras.
Sin embargo, no todos quedaron contentos y algunos vecinos volvieron a quejarse del ruido pese a las medidas tomadas como unas pantallas antisonoras. Hasta 25 llamadas se hicieron al Ayuntamiento por exceso de decibelios en un evento que vuelve a repetirse este jueves.