Carta del arzobispo de Barcelona: «Frenemos la desigualdad»

El cardenal Omella invita a los fieles a participar de manera activa en la campaña de Manos Unidas, cuya labor sigue y segurirá si todos colaboramos

juanjoseomella

Redacción digital

Madrid - Publicado el

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El próximo 12 de febrero celebramos la Jornada Nacional de Manos Unidas que este año tiene como lema «Frenar la desigualdad está en tus manos». Esta Jornada nos invita a poner la mirada más allá de nuestros problemas cotidianos, nos invita a dirigir la atención a los países del tercer mundo. Si nosotros estamos padeciendo las consecuencias de la crisis económica y social provocada por la Covid y por la guerra en Ucrania, imaginaos cómo debe ser la situación en los países más desfavorecidos.

Manos Unidas nace a finales de los años cincuenta del siglo pasado gracias a la gran sensibilidad de un grupo de mujeres de Acción Católica al conmoverse ante el drama del hambre en el mundo. Ellas respondieron con su tiempo y sus recursos a la invitación de Jesús: «tuve hambre y me disteis de comer» (Mt 25, 35).

Después de algunas décadas muchas manos se han unido y han hecho visibles rincones de mundo lejanos donde el hambre ha causado y sigue causando estragos.

El lema escogido por esta organización de la Iglesia católica responde muy bien a lo que alertan los medios de comunicación sobre el empobrecimiento de la población mundial. Se apuntan como causas la inflación de precios, disparada por la guerra de Ucrania, y la subida general de los tipos de interés. Esta inestabilidad económica lleva consigo un riesgo continuo de tensiones sociales, un temor que nos mantiene intranquilos, incluso más que las temibles consecuencias de la crisis medioambiental.

Es por ello que, con el fin de hacer frente a esta creciente desigualdad que afecta de manera más grave a los países subdesarrollados, en todas las parroquias y centros de culto de España tendrá lugar la colecta en favor de Manos Unidas. Por este motivo, quiero invitaros desde ya mismo a colaborar económicamente con Manos Unidas*.

Esta semana tenemos por delante la oportunidad de reflexionar y comprender lo que movió a esas pioneras en solidaridad, descubrir la labor que hicieron esas intrépidas mujeres que agitaron los corazones adormecidos para hacer el mundo un poco más humano. Una labor que sigue y seguirá, siempre y cuando nosotros sigamos colaborando para frenar la desigualdad y el sufrimiento de muchas personas condenadas por la pobreza e incomprensión.

Queridos hermanos y hermanas, felicito de corazón a todas las personas que, de una u otra manera, colaboran con Manos Unidas: voluntarios, trabajadores, socios, donantes… Que Dios os bendiga por toda la labor que realizáis y por vuestra colaboración material y económica.

† Juan José Omella Omella

Cardenal arzobispo de Barcelona