Carta del obispo de Astorga: «Juntos anunciamos lo que vivimos»

Jesús Fernandez dedica su carta de esta semana al Día de la Acción Católica y del Apostolado Seglar, que la Iglesia celebra este domingo

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Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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El próximo día 28 de mayo, junto a la acogida del don del Espíritu Santo, la Iglesia celebra el Día de la Acción Católica y del Apostolado Seglar, bajo el lema: «Juntos anunciamos lo que vivimos». Tres ideas principales se destacan en este apretado título: la comunión y la participación propias de una Iglesia sinodal, el valor del anuncio de cara a la evangelización, y la importancia de la experiencia de encuentro con Jesucristo.

Una Iglesia sinodal: comunión y participación. Enviado por el Padre para anunciar el Evangelio, Jesús no quiso actuar en solitario, sino que se rodeo de un grupo de personas a las que llamó amigas, con el fin de mostrarles su modo de pensar, de sentir, de decidir. De este modo, dio testimonio ante ellas del tesoro escondido por el que luchó y trabajó durante toda su vida: el Reino de Dios. Además, las encargó de continuar su misión, no de una en una, sino en comunión con todas las demás. De hecho, la expresión del envío de sus discípulos no fue: “vete”, sino “id”.

Uno de los elementos que definen la Iglesia es la comunión. Nacida del Dios trinidad, la comunidad eclesial está formada por miembros que participan del espíritu de Dios por el bautismo. La comunión está, pues, en el origen de la Iglesia. Se vive también en la participación en la misión de Jesucristo y en la corresponsabilidad. Y, en fin, se perfila como meta soñada cuando “Dios será todo en todos” (1 Cor 15, 28).

La importancia del anuncio. Dice el apóstol s. Juan: “Eso que hemos visto y oído os lo anunciamos, para que estéis en comunión con nosotros y nuestra comunión es con el Padre y con su Hijo Jesucristo” (1 Jn 1, 3). Juan anuncia su propósito de proclamar el testimonio de su encuentro personal con Jesucristo durante su ministerio. Además, dice que la finalidad que persigue es “crear una verdadera comunión entre los cristianos y con Dios Padre y su Hijo Jesucristo”.

Con motivo de esta celebración, los obispos de la Comisión de Laicos, Familia y Vida invitan a los bautizados a tomar conciencia de la importancia del anuncio. El sujeto del mismo ha de ser todo el pueblo de Dios, ya que, por el sacramento del bautismo, “cada miembro del pueblo de Dios se ha convertido en discípulo misionero” (cf. Mt 28, 19; EG 120). En el contexto actual, muchas personas desconocen o sienten indiferencia hacia la persona de Jesucristo, por lo que estamos llamados a hacernos presentes en los espacios públicos para anunciar el Kerigma con un lenguaje que se haga entender.

Siguiendo los itinerarios señalados por el Congreso de Laicos del 2020 para el momento actual, el primer anuncio se nos presenta como una prioridad pastoral. Son muchas las iniciativas de primer anuncio existentes en la Iglesia; en la nuestra, destacaremos especialmente los Cursillos de Cristiandad y los grupos Alpha. Esperamos poder ampliar el elenco próximamente.

La experiencia del encuentro personal con el Señor. En un mundo individualista, acrítico y descomprometido, los gestos de servicio serán un ariete desestabilizador y un elemento valioso como primer anuncio, pero, sobre todo, lo será el testimonio. Se pueden compartir conocimientos, proyectos, teorías, pero sólo si comunicamos la experiencia profunda del encuentro con el Señor los que nos escuchan creerán. De ahí la importancia del trato íntimo con él en la oración. Como decía s. Pablo VI, el mundo necesita no tanto maestros como testigos.

+ Jesús Fernández González

Obispo de Astorga

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